Ir de casinos o que el casino venga a ti

Las visitas a los casinos emblemáticos han llegado al punto de suponer ya una categoría turística en sí mismas, y es que no hace falta ser un experto jugador para poder sacarle jugo a una visita a uno de estos lujosos edificios. Para jugar sin restricciones horarias ni de ubicación geográfica tenemos recursos como la nueva aplicación de casino móvil William Hill, que permite jugar tanto con dinero como sin él a juegos como el blackjack en sus diferentes modalidades, a la ruleta y a juegos de cartas. Existen opciones individuales o multijugador, y hay quienes la utilizan para practicar antes de ir a un casino físico, por pura diversión o para ganar dinero gracias a los bonos de bienvenida o de madrinazgo de usuarios.

Por otra parte, lo que puede ofrecer un casino físico es, en muchos de los casos, un edificio de gran interés a nivel arquitectónico: verdaderos palacios restaurados repartidos por toda la geografía española y extranjera, y en muchos casos incluyen hoteles de lujo, a partir de las cuatro estrellas. Los restaurantes que incluyen pueden, o bien ofrecer menús de bajo coste como sucede con los bingos, como atractivo para decidir echar una partida o participar en un torneo, o bien pueden ser incluso de cocina de autor, verdaderas delicias para el paladar. En cualquier caso, decidirse a pasar siempre acaba mereciendo la pena, se juegue o no, por lo que podemos ver al cruzar las puertas, e incluso sin llegar a entrar, ya que los coches que aparcan fuera suelen ser verdaderas joyas del mundo del motor, como sucede en los mejores puertos y paseos marítimos.

En el caso del Casino Valencia, por ejemplo, se ofrecen diferentes atracciones y espectáculos aparte de las cenas y campeonatos: desde un concierto hasta un monólogo, tanto este casino como la mayor parte de los que ya están consolidados suponen un plus para la vida nocturna tanto si eres turista como si eres local. Un recurso cada vez más en boga.