La prisión de Picassent tiene desde este lunes un nuevo presidiario que no debería estar allí. Se trata de un joven de Antella llamado Pau Juan, que ha ingresado en el centro para cumplir una condena de 3 años y medio como autor de una agresión en un bar en el año 2016. En principio, la consecuencia de una mala decisión en una noche que se fue de las manos.
Pero lo llamativo del caso es que la autoría de la citada agresión se atribuye a otro joven, que además admite ser el autor de la misma. Un error increíble a estas alturas, más aún cuando el verdadero culpable ha confesado su autoría, y cuando hay varios testigos que lo corroboran. Pero el juzgado no ha dado credibilidad a la autoinculpación del verdadero responsable de los hechos y el ingreso en prisión ha sido inevitable.
Los familiares aseguran que Pau "lleva una vida ordenada y normal, tiene un trabajo estable, y es muy apreciado por todo el pueblo". Argumentan que "su rehabilitación" entrando en prisión es "innecesaria, porque ya está totalmente integrado en la sociedad. Más bien cabe la posibilidad de que se produzca el efecto contrario, ya que le destrozaría la vida a él y a los suyos".
