“Ante el grave deterioro que está sufriendo el Hospital Militar y ante las graves deficiencias que ya hemos denunciado en servicios como el de urgencias o el de seguridad, el Pacto por la Sanidad de Mislata solicita con carácter urgente una reunión con el conseller, Manuel Llombart”. Esta es la principal conclusión de la reunión celebrada ayer por el Pacto por la Sanidad de Mislata, pronunciada en palabras de su portavoz, Julián Martínez Barrios.
“Si en un plazo razonable de diez días no obtenemos respuesta o esta no es satisfactoria, tomaremos otra serie de medidas de protesta en la calle”, han advertido. Este fue el acuerdo tomado ayer por la plataforma en defensa de la sanidad pública de Mislata, que agrupa a todas las asociaciones vecinales de la ciudad, partidos políticos, sindicatos y otras entidades sociales, tanto culturales, como deportivas o de personas mayores.
La reunión, convocada de urgencia, se celebró en la sede de la Asociación de Vecinos del Barrio del Quint. A la cita asistieron las asociaciones que forman parte de la Coordinadora (Agrupación Vecinal, Quint, Favara y Músico Ibars), los partidos políticos de Mislata (PSOE, PP, EU, Compromís y UPyD), el sindicato UGT y otras entidades como AHUIM, Codifiva, el Hogar del Quint y algunos clubes deportivos.
El Pacto por la Sanidad constató ayer el desmantelamiento continuo que está sufriendo el Hospital Militar y desmintió las informaciones de la empresa privada que gestiona el centro: “Es mentira que se hayan invertido ocho millones de euros en el Hospital, absolutamente falso. Que demuestren en qué se lo han gastado o miren a ver dónde se ha desviado o si se ha perdido por el camino ese dinero, porque al Hospital no ha llegado”, aseguró Martínez tras la reunión.
La plataforma ciudadana por la sanidad pública renovó ayer su compromiso de seguir exigiendo el cumplimiento de los acuerdos firmados por la Conselleria de Sanidad en noviembre de 2009. “A día de hoy, prácticamente ninguno de los servicios prometidos están en funcionamiento: urgencias pediátricas, quirófanos de cirugía menor ambulatoria, endoscopias, radiología, laboratorio de bioquímica, radiodiagnóstico, camas para la hospitalización de media y larga estancia y salud mental o camas para la unidad de ingreso de cortas estancias”, insisten.
Tras conocerse ayer que la empresa privada que gestiona el Hospital Militar cobró este verano una deuda de 55 millones de euros y que la Generalitat les está pagando al día por las 48.986 tarjetas sanitarias (SIP) de los vecinos de Mislata, los representantes del Pacto no ven “ningún motivo para no ejecutar las inversiones prometidas y dotar al centro de los servicios asistenciales necesarios para atender a la ciudadanía, salvo que con el visto bueno por acción u omisión de la Conselleria de Sanidad se esté permitiendo a la empresa concesionaria el que por abandono y retirada de servicios, dicho hospital se tenga que cerrar”.
El PP, "con los vecinos"
En el Pacto por la Sanidad también está presente el PP de Mislata, partido que Gobierna en la Generalitat, objeto de las críticas de la situación que vive la sanidad del municipio. Ante esta situación, el portavoz del PP local, Jaime López Bronchud, ha asegurado que su partido lo tiene claro: “con los vecinos de Mislata y por los vecinos de Mislata”.
El portavoz y presidente de los populares ha asegurado que “vamos a emprender urgentes actuaciones para desactivar una situación que no debe alargarse más en el tiempo” y ha mostrado su disposición “para ayudar tanto como se pueda a aunar esfuerzos y alcanzar el objetivo común.”. “Este proyecto solo se consigue si remamos todos juntos y en una única dirección” han apuntado las fuentes populares conscientes de “la urgencia y la trascendencia de los servicios que pueda prestar el Hospital Militar en Mislata”.
López Bronchud ha instado al Consell a que participe en “las vías de diálogo que se quieren encauzar” y se pueda así “desbloquear una cuestión que condiciona a nuestro pueblo”. El portavoz del PP ha condenado igualmente “a quienes intenten hacer de la sanidad de todos un arma política para sus propios intereses” y ha asegurado que “antes que las pancartas salgan a la calle, y sin ningún temor a éstas, hay que agotar todas las vías de entendimiento”.
“Nos falta información y esto solo se resuelve hablando y escuchando”, apostillaba López Bronchud quien ha señalado que espera encontrar “dónde corresponde ese espacio de entendimiento que dé las soluciones que necesitamos los mislateros”.
