Actriz, presentadora y periodista Cayetana Guillem Cuervo ha vuelto a los escenarios (“quería alejarme de la escena”, dice en la entrevista) para interpretar, junto a Ayoub El Hilali, la obra ‘Puertas abiertas’, de Emma Riverola. Elegante, sonriente y dispuesta a conversar sobre las características de la obra, Cayetana se muestra entusiasmada por la pieza que la mantiene en gira y la notable respuesta del público. ‘Puertas abiertas’ toma como marco referencial de fondo los terribles sucesos acaecidos en la Sala Bataclán, de París, donde una acción terrorista deja 130 fallecidos. El cierre perimetral de la policía lleva a la acción social solidaria y bajo el hastag puertas abiertas, los ciudadanos parisinos abren las puertas de sus casas para acoger a quienes no pueden regresar a sus barrios. Así, Julie (Cayetana G. Cuervo), una mujer solitaria recibe la visita del joven musulmán Farouk (Ayoub El Hilali), con quien vivirá la confrontación de dos culturas y pensamientos disímiles.
Las butacas del Teatro Olympia acogen la charla con la actriz poco después de su presentación a la prensa.
Pregunta: Tratándose de una obra que platea el encuentro entre dos personas de culturas diferentes, pasados y vivencias distintas, ¿cuáles son las puertas, las grietas íntimas, que se abren en tu personaje?
Cayetana Guillem Cuervo: ¡Ufff! ¡Claro, claro, que se abren grietas! Se abren mis grietas personales, las que siente y vive el personaje. Cada uno de los personajes tiene sus heridas y miedos y tiene que transitar por ellos para los miedos y las heridas del otro pero, a la vez se van a entender ahí, en ese punto. Va a ser el espacio donde reconozcan, entonces…, es muy interesante como ella va relajando su caparazón a medida que va conociendo a su compañero pero…, vuelve a esconderse por diversos motivos que si te los cuento hago ‘spoiler’ (adelanto de un hecho importante de una obra) y me da mucha rabia porque es una parte importante del texto.
P.: Ya, pero lo comento a nivel dramático, de tu personaje, respecto a lo que siente no solo al enfrentarse a la realidad del otro sino a su propia realidad interna.
C.G.C.: Es que es ése un tema nuclear en la obra. Ambos se enfrentan a sus propias realidades internas. Mi personaje juzga, tiene prejuicios y…, a va a aprender a no juzgar y…, el otro personaje también juzga por sus propias circunstancias y también va a aprender a no juzgar, a no ser liviano en sus opiniones al igual que aprende el espectador a no juzgar.
P.: ‘Puertas abiertas’ intentan transmitir un mensaje de sacudirse los prejuicios que afectan a la cotidianidad a través de lo que ocurre en la escena.
C.G.C.: Sí, sí; la función es un espejo. Ocurre así. El espectador se va viendo en un personaje y en el otro. Digamos que va fluctuando de una realidad a la otra, de un personaje a otro. Cuando cree que está situado en un lugar, de repente se pone en el otro. El texto es muy inteligente porque va pasando de una manera de pensar y ver la realidad a otra. Todo esto es muy bonito porque no sirven las ideas preconcebidas, los prejuicios. El texto va cambiando esas realidades porque cada personaje va escuchando lo que dice el otro. Es un trabajo muy bonito a nivel de texto y de trabajo en escena.
P.: Además de tratar temas como la intolerancia, el miedo al otro, sin caer en moralinas ni proclamas…, la obra también deja espacio para la sonrisa, lo cual no hace entrar en el territorio del teatro y en una función donde la ficción trata temas que nos afectan.
C.G.C.: ¡Por supuesto! Nunca debemos olvidar que estamos haciendo teatro. Es una obra magnífica que mezcla lo conceptual con muchas partes realistas y con transiciones coreográficas que hablan del paso del tiempo y que se mueve en el mundo de las emociones. Es una obra muy cuidada desde la perspectiva teatral y expone un tema que nos afecta y nos invita a reflexionar. Es teatro y el buen teatro debe sugerir, debe exponer y debe invitarnos a pensar y a reflexionar.
P.: En tu trayectoria profesional hay espacio para el cine, el teatro y la televisión. El cine y la televisión son medios de gran audiencia que permiten gozar de popularidad pero…, ¿qué impulsa a un actor o actriz a subirse cada día al escenario para verse expuesto a la valoración del público?, ¿Qué tiene el teatro que invita a esa exposición diaria?
C.G.C.: Puessss… Lo tiene todo (dice sonriendo). En mi caso, a mí personalmente, un gran texto. Me lega un texto que me guste mucho y necesito hacerlo. Necesito subirme al escenario y contar eso. Es lo que me pasó con ‘Puertas abiertas’. No quería hacer teatro en ese momento, ya llevaba mucho tute encima, quería alejarme un poco de la escena y…, me llegó este texto y me dije ‘lo tengo que hacer, lo tengo que hacer’. Me gustan los grandes textos, los textos que cambian las cosas, lo que hacen pensar y conmueven al espectador.
P.: Y…, ¿cuáles son los márgenes donde tú no concibes la intolerancia, la exclusión…?
C.G.C.: Hmmm (piensa unos segundos). Si en algo no tengo duda es que, obviamente, estoy en contra de cualquier forma de exclusión pero…, no me gusta nada el abuso. No puedo con el abuso. El abuso en todas sus acepciones. El abuso emocional, el de la relación humana, el abuso contractual, el social, el abuso de confianza en la amistad, en la pareja. Es un terreno en el que te has pasado. No has entendido nada. Conmigo no cuentes. Yo me entrego en cuerpo y alma ahora bien, como perciba abuso por tu parte me has perdido para siempre. No tolero el abuso.
P.: ¿Te refieres a la cuota de libertad?
C.G.C.: Me refiero a la cuota de confianza. Si abusas de mi confianza me has perdido para siempre.
P.: Mil gracias Cayetana por atendernos y mucho éxito en Valencia.
C.G.C.: Gracias a vosotros y ha sido un placer esta conversación. Espero y deseo que la gente disfrute con esta obra.
