Fotos: Agustín Verdeguer.- El barrio de Russafa se ha convertido con los años en un crisol de culturas único, un lugar en el que la diversidad es su mayor atractivo. Y es ahí donde radica el rotundo éxito que, año tras año, cosecha su Carnaval, erigido en fiesta de la multiculturalidad. Una perfecta simbiosis entre la cultura valenciana y las de todas las nacionalidades presentes en el barrio, unidas con los lazos del lenguaje más internacional: la música.
Organizado por la Jarit Asociación Civil y la Asociación Intercultural Sariri, el Carnaval de Russafa llena el barrio de música y color, de forma que da visibilidad a los distintos colectivos y países representados en los vecinos y vecinas del barrio más internacional de la ciudad de València.
Bailes tradicionales, batucada y todo tipo de animación rememoraban el carnaval que la ciudad festejó en el pasado y que sólo la Guerra Civil fue capaz de cercenar. Más de 1.500 participantes hicieron del Carnaval de Russafa una Fiesta con mayúsculas que comenzó en la calle Filipinas y continuó por Literato Azorín, Sueca, Dénia y Cuba, para acabar en Pintor Gisbert.
