El Pleno del Ayuntamiento de València ha acordado este martes conceder la distinción de Alcaldesa Honoraria de la ciudad de València, a título póstumo, a Rita Barberá, así como la propuesta de Honores y Distinciones del Ayuntamiento que reconocerá el próximo 6 de octubre, en una sesión extraordinaria.
Nuestro diario ha celebrado especialmente la aprobación, por parte del Hemiciclo Municipal, por unanimidad de la distinción a un buen amigo nuestro, el bibliófilo e investigador Rafael Solaz, junto a Carmen Calvo, Pilar Mateo y José Arnau, de Hijo Predilecto de la ciudad de Valencia. Una distinción que en el caso de Solaz, sin desmerecer a los demás distinguidos, a nuestro criterio ya venía mereciéndose tiempo atrás, viendo así reconocidas sus generosas aportaciones al patrimonio histórico y cultural de la ciudad de Valencia.
Fue Solaz quien descubrió y apuntó con buen criterio la localización real del mítico Bar Torino en el que se fundó el Valencia CF, que erróneamente se había ubicado en un lugar cercano, dando así a toda la afición valencianista un punto de peregrinaje certero, hoy en lugar señalado como Kilómetro Cero del Valencia CF, de la plaza del Ayuntamiento frente a la confluencia entre las calles María Cristina y San Vicente.
Solaz fue uno de los impulsores del Premio Von der Lasa, la búsqueda del incunable perdido Llibre dels jochs partitis del schachs en nombre de 100, obra del segorbino Francesch Vicent, que de ser encontrado significaría la recuperación de uno de los mayores tesoros valencianos, el considerado como Santo Grial del Ajedrez. En él se encuentra la clave, ya descubierta al mundo por el investigador, compañero y amigo también de nuestro diario, José A. Garzón, en el año 2005, del origen valenciano del ajedrez moderno, puesto de relieve también en el poema -también valenciano- 'Scachs d'amor' de 1475.
Siendo Rafa Solaz presidente de la Societat Bibliogràfica Jerónima Galés, promovió en 2017 la reedición facsímil en una serie limitada del plano de la ciudad elaborado por Antonio Manceli (o Mancelli) en 1608, el más antiguo que se conserva (un siglo anterior al del Padre Tosca) y oculto durante cuatro siglos. No sería el único: Dos años después, el propio Solaz donaría el Plano Anunciado de la ciudad de Valencia de 1878, editado por Calvet y Boix, un ejemplar único, a la ciudad.
También fue Rafael Solaz quien descubrió y adquirió, tras una ardua investigación, parte del desaparecido Álbum del Cabañal del año 1851, del fotógrafo Pascual Pérez y Rodríguez, considerado el primer álbum fotográfico de España y el Santo Grial de la historia de la fotografía española. Destacan entre las fotografías originales que lo conforman las de la Acequia de Gas, la calle de San Antonio y una vista de la antigua población de Villanueva del Grao.
Otra importante donación de Rafael Solaz a la ciudad de Valencia fue la de 24 libros de Blasco Ibáñez, encuadernados en seda por el artista sedero Eduardo Sanchís Romero, el mismo que tejió la Senyera que presidía el despacho del insigne escritor valenciano. Esta colección pasó a formar parte de los fondos de la Casa-Museo dedicada al escritor en el chalé de la Malvarrosa que fue su residencia.
La Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu también ha recibido varias aportaciones de Rafael Solaz, como una colección de correspondencia de presos que poblaron la sede de la propia biblioteca, San Miguel de los Reyes, cuando fue prisión en tiempos de la dictadura; o parte del 'Calendario para el reyno de Valencia', publicación anual que desde 1806 hasta 1930 retrataba la evolución de la ciudad a través de sus ritos y costumbres, con 93 ejemplares donados por él, y que hoy en día están a disposición de todos los usuarios, tanto físicamente como a través de la Biblioteca Valenciana Digital. En este sentido, la Nicolau Primitiu también recibió de Solaz un importante conjunto documental sobre Blasco Ibáñez.
No sólo son documentales, bibliográficas o atrapadas en los innumerables libros y artículos, todos con la historia de la ciudad de Valencia, como denominador común, las aportaciones de Solaz al tesoro cultural de la capital del Turia. Dos sábados de cada mes, don Rafael dedica las mañanas, de forma desinteresada, a presentar y conducir la visita al cementerio general de Valencia y al cementerio del Cabañal, en las que como buen cronista que es, regala a todos aquellos que se inscriben de forma gratuita, todas las historias, leyendas e hitos históricos que ha podido reunir en años y años de investigaciones y que tienen en estos dos camposantos su escenario. El llamado ‘Museo del Silencio’ es un proyecto en el que, con talante, tono y lenguaje directos, sencillos y cercanos, entrega de forma generosa a todo el que quiera escuchar, historias tan hermosas como el ‘Nicho 1501’, de la que por cierto escribió un libro hoy ya de culto.
A buen seguro que nos dejamos en el tintero muchos más momentos y ocasiones en los que el bueno de Rafael Solaz ha engordado de forma altruísta el tesoro cultural de la ciudad de Valencia, su amada ciudad de Valencia y, con él, la enorme deuda que la ciudad tenía con él y que con esta distinción salda en parte.
Para nosotros, Rafael es, además de un admirado erudito que ha compartido con nosotros momentos y retazos de su sabiduría, convirtiéndonos en fieles testigos de su filantropía sin límites, un buen amigo de agradable y enriquecedora conversación, que nos hace el honor, cuando su apretadísima agenda lo permite, de visitarnos cada poco. Y eso siempre es un privilegio de agradecer.
De ahí que, cuando en el marco de los actos con motivo del 9 d’Octubre en el Ayuntamiento de Valencia, la alcaldesa María José Catalá le entregue la distinción de Hijo Predilecto a Rafael Solaz, el equipo que conforma nuestro diario sentirá la misma emoción y orgullo que si nos lo entregara a uno de nosotros porque ciertamente es, sin miedo a equivocarnos, uno de los nuestros.
