Belén Rueda se transforma en una inolvidable Salomé

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Junto a los textos bíblicos y la información ofrecida por el historiador romano Flavio Josefo, pocos datos más se ofrecen sobre la vida de la joven princesa Salomé, la niña que ordenó (muy posiblemente manipula por su madre Herodías), la decapitación del profeta Juan el Bautista. Tras su éxito, el pasado año en el Festival de Mérida, el teatro Olympia recibió la versión que la dramaturga y directora Magüi Mira elaboró entorno a la trágica historia de la princesa judía bajo un prisma actualizado, reinterpretativo (siempre la historia es interpretada y reinterpretada), y posmoderno de interesante subtexto. Toma la piel y el alma de Salomé la actriz Belén Rueda que compone una brillantísima interpretación plena de matices, contrastes y erotismo.

Mira lleva su texto más allá de la pasión de Salomé por el Bautista hacia el territorio de la independencia personal, la necesidad de huir del poder, la manipulación y la búsqueda de la emancipación. Si Judea se encuentra sojuzgada bajo el poder romano, también el pueblo judío se ve atrapado por el desquiciado tetrarca Herodes Antipas. Salomé es una joven insertada entre dos mundos de dominación al tiempo que su madre, Herodías, utiliza a su hija con el fin de mantener su status quo. Bajo este corpus argumental se mueve ‘Salomé’ que pinta a una Heródes casi bufonesco (próximo al estilo de un dictador bananero), un Juan Bautista que se debate entre su convicción y el deseo (el sexo y el placer también son liberadores), una Herodías que busca una imagen pública que desmiente su hedonismo carnal y…, Sirio, un alma pura y angelical (simbolismo de Cristo), que narra y participa como observador la caída del trío protagonista.

Belén Rueda crea una inolvidable composición de Salomé.

Juega con acierto Mira la composición escénica y su espacio sobre el que se mueven sus personajes. Ilustra el texto con tres temas musicales bien insertados que dan respuesta a las emociones que vemos sobre el escenario que bien podríamos situar al modelo creado por Brecht. Magnífica Luisa Martín (una mujer con muchas tablas) en su papel de Herodías, y acertados en sus composiciones Juan Fernández, Pablo Puyol y Sergio Mur. Un elenco muy bien escogido para poner en pie el espectáculo. Brilla, con fuerza, la gran interpretación realizada por Belén Rueda que dota a su Salomé de un amplio abanico de tonalidades que deja ver a la niña, a la mujer sometida y a la mujer que nace y se descubre desbordada de pasión. Su Salomé, sin duda, será recordada. Bravo por la función.

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