The Fitzgerald ha desembarcado en el centro de la capital valenciana con un local, el quinto de la empresa y el segundo que abre en València (ubicado en Gran Vía Fernando El Católico, 43), que refleja fielmente su estilo. Un estilo que va más allá de una carta o un producto, un estilo de vida que impregna cada uno de los aspectos de este proyecto liderado por Carlos y Mario Gelabert que vio la luz en 2013 cuando se quedaron con un antiguo Burger King en el centro comercial Las Américas de Torrent.
La filosofía del establecimiento se basa en las cadenas de comida rápida, con autoservicio, pero con un producto de calidad, hamburguesas más cerca de la calidad ‘gourmet’ que de las burgers de las grandes factorías internacionales y a precios competitivos.
Todo es de producción propia, tanto las carnes como los aperitivos, las ensaladas o las salsas y se cocina en el momento evitando todo lo posible utilizar producto congelado. Su idea del trabajo bien hecho y de la excelencia después de muchos años dedicados a la hostelería acabó de definir la línea de negocio: un menú sencillo, con materias primas de gran calidad y con una premisa fundamental: los detalles deben ser inolvidables.
Y, por ello, sus locales son espacios dignos de admirar con un diseño que parece pensado para animar las galerías de Instagram de todos sus comensales: cactus, flamencos, colores pastel, carteles de neón, madera, metal y un alicatado que recuerda a los del metro neoyorkino.
Pero en The Fitzgerald no sólo se cuida al cliente, los empleados también encuentran un lugar motivador y con buenas condiciones laborales donde, incluso, crecer profesionalmente. Además, los trabajadores forman parte de la imagen de la compañía y participan en actividades recreativas para estrechar lazos y generar un ambiente de complicidad. La más llamativa es el Fitz Camp, un campamento de verano para los empleados que se realiza en el embalse de Benagéber donde llevan a cabo todo tipo de actividades deportivas.
Jugosas y a la brasa
La señala identidad de The Fitzgerald son sus hamburguesas con carne hecha a la brasa con carbón vegetal. Carne fresca que salpimentan y cocinan a gusto del comensal. El carbón le da un sabor característico que hace que las hamburguesas del Fitz no se olviden con facilidad.
La oferta incluye carne de vaca pero también de pollo y acompañadas con diferentes ingredientes para crear una carta de nueve opciones fijas más una décima opción diferente cada mes. También ofrecen dos hamburguesas vegetarianas.
Entrantes, ensaladas, zumos, batidos, helados y brownies completan una carta adecuada a las necesidades de inmediatez de los comensales de hoy en día pero respetando el gusto por el producto de calidad y los platos de contundente sabor.