Sala Russafa acoge una versión escénica de ‘Réquiem por un campesino español’

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Publicada desde el exilio en Méjico (1953), esta historia también tuvo su versión cinematográfica, nominada al León de Oro en el Festival de Venecia (1985). Ahora llega a los escenarios de la mano de la formación aragonesa Teatro Che y Moche, avalada por el Premio Isabel de Portugal a Mejor Espectáculo Contemporáneo 2022, otorgado por la Diputación Provincial de Zaragoza. Y por la distinción al trabajo de Marian Pueo como Mejor Dirección dentro de la reciente edición del Festival Nacional de Teatro ‘Vegas Bajas’ 2023.

“Cuando tenía 13 años, me dieron a leer este libro en el colegio y me pareció fascinante por su agilidad, pero también por su mensaje. Aunque es cierto que a esa edad no captas todos los matices, tenía un recuerdo precioso. Así que cuando en la compañía surgió el proyecto de llevarlo a escena, volví a leerlo en un suspiro y pude apreciar todavía más la narrativa de Sender, cómo iba al grano, con una acción constante y un ritmo súper ágil”, comenta la directora de la pieza, para quien uno de los retos era crear un espectáculo que entrara tan bien al público como lo hace la novela breve de Sender, un autor con menor reconocimiento en España del que merece su calidad literaria.

Una imagen de la pieza teatral.

En esta segunda lectura, ya siendo una adulta, Pueo supo apreciar la serenidad con la que el autor ambienta la historia de ‘Réquiem por un campesino español’ en el interior de Aragón, en los inicios de la Guerra Civil. “Sender sufrió muchas pérdidas a causa del conflicto, tuvo que exiliarse. Pero en el libro descubres una amistad intergeneracional, entre dos personas de edades e ideologías muy distintas, unidas por un profundo cariño”, explica Pueo, aludiendo al mensaje subyacente de que la convivencia en paz también es posible.

Otro de los atractivos para la compañía a la hora de abordar el proyecto era la oportunidad de llevar al escenario el carácter aragonés que se refleja en los diálogos, en las acciones de los personajes del libro. “Queríamos transmitir un cierto orgullo de nuestra tierra, de la austeridad que nos caracteriza, incluso cuando hablamos de emociones. Llevar al escenario esta novela nos permitía hacer un retrato del mundo rural aragonés fuera de los tópicos, desde el respeto”, señalan desde Teatro Che y Moche.

Dos actores para dos mundos enfrentados

Alfonso Plou fue el encargado de realizar la adaptación teatral que podrá verse, desde el jueves al domingo, en Sala Russafa. Una versión escénica que recoge el espíritu del famoso libro de Sender, donde se simboliza la fractura social que supuso la guerra civil española a través de la relación de Mosén Millán con Paco ‘el del molino’, a quien bautizó, fue su monaguillo y después casó.

Cartel de la obra.

La acción se sitúa en el verano de 1937, en una pequeña iglesia rural. A una hora de celebrar una misa en recuerdo del campesino, el religioso habla con el sacristán Pepe, recordando los años compartidos y las acaloradas disputas ideológicas de una amistad truncada. Siguiendo la máxima que sigue la compañía (‘todo lo que puedas hacer, no lo cuentes, que lo vea el espectador’), se fueron eliminando descripciones para centrarse en las acciones. Y los saltos temporales característicos de la novela se mantuvieron, utilizando elementos como la iluminación o el movimiento corporal de los actores para situar en otra época a los espectadores.

Siguiendo la sencillez que caracteriza a la obra literaria, se creó a un nuevo personaje para la versión teatral, el sacristán con el que conversa el Mosén, recordando a su amigo perdido. Un recurso que permite traer a escena una decena de figuras incluidas en la novela: basta con una pequeña caracterización a vistas del público para que el sacristán se transforme en otros caracteres; o que utilice algunos títeres planos, inspirados en caricaturas de dibujantes de la época, para ir componiendo el conjunto de caciques, familiares y habitantes del pueblo que aparecen en el libro.

Joaquín Murillo y Saúl Blasco interpretan este espectáculo en el que se ha tenido un especial cuidado a la hora de recrear el ambiente, la vestimenta, los utensilios de la vida y los ritos religiosos que van apareciendo en la trama. También se ha utilizado un espacio sonoro que alude a entornos rurales, añadiendo músicas tradicionales aragonesas y el acento de la zona para transportar al público a un lugar y tiempo muy concretos: los pueblos de interior en los años previos y posteriores a la guerra civil española.

“La recepción del público y de la crítica por ahora es estupenda, nos está dando muchas alegrías este espectáculo”, confiesa Pueo, quien recogió el Premio del Público de Sala Russafa al Mejor Espectáculo Familar la pasada temporada por la pieza ‘De aquí y de allá’. “Es la primera vez que en Teatro Che y Moche vamos a mostrar uno de nuestros espectáculos para adultos en València. Nosotros tratamos con el mismo cuidado las piezas familiares que las que se dirigen a públicos de mayor edad. Pero hay veces en que las líneas son difusas porque yo misma leí ‘Réquiem por un campesino español’ cuando era una adolescente y me encantó. Pienso que muchos jóvenes pueden disfrutar de esta obra, que van a extraer cosas muy buenas”, concluye la directora del espectáculo. Una propuesta que, a pesar de tener su tono propio, alejado del texto poético y descriptivo del célebre autor aragonés, mantiene la esencia y el mensaje de este clásico de la literatura española del siglo XX. Un retrato de dos mundos que se verán enfrentados, a los que solo puede redimir la palabra y el amor por la vida

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