Llega a Sala Russafa ‘Medea a la deriva’, versión escénica del cómic de Fermín Solís

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Del cómic al escenario, Sala Russafa estrena esta semana en la Comunitat Valenciana ‘Medea a la deriva’, dentro de su Ciclo de Compañías Nacionales. Desde Extremadura y de la mano de Maltravieso Teatro, llega esta propuesta que traslada al lenguaje escénico la novela gráfica creada por Fermín Solís y basada en el personaje de la mitología griega que, en la Grecia Clásica, Eurípides ya había llevado al teatro.

Encarnación del mal más absoluto, este personaje atrajo al dibujante, quien acababa de experimentar el paso al cine de su cómic ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’ (Premio Goya y Premio del Cine Europeo a la Mejor Película de Animación, entre otras nominaciones y galardones) y resultó todo un éxito. Así que, antes de la publicación de su nuevo libro, contactó con la formación extremeña Maltravieso para proponerles transformar en un espectáculo esta historia que estaba a punto de llegar a las librerías. “Nos conocíamos porque la escena cultural de Cáceres es pequeña. Ya había hecho alguno de los carteles de sus espectáculos y seguía su trayectoria teatral, que me parece muy interesante. Así que pensé en ellos para la aventura de pasar Medea a la deriva al escenario”, explicó Solís, muy interesado en este tipo de trasvases porque le permiten acceder a otros públicos. “El mundo del cómic tiene un alcance muy limitado. Y siempre piensas que, cuanta más gente pueda conocer la historia en la que tanto has trabajado, mejor. Incluso si es a través de otros formatos porque al final todos tienen vasos comunicantes”, comentó el dibujante.

Una imagen de ‘Medea a la deriva’. (Foto- Samuel Fernández).

En Maltravieso recibieron con entusiasmo el proyecto. “Todo el texto que escribió Fermín para el cómic está en la obra teatral, yo le he dado contexto en la figura de Medea para situar al espectador. Y he creado tres monólogos donde se van entrelazando las palabras del libro con las nuevas, escritas para el montaje teatral”, explica Isidro Timón, coautor del texto y director de la obra, quien reconoce que los límites a la hora de crear para un escritor y dibujante están en su imaginación. “Pero en el teatro tenemos que utilizar recursos más sencillos y ajustarnos a un presupuesto, a unas condiciones que faciliten las giras… No obstante, creo que hemos conseguido trasladar a las tablas el universo estético y la historia que creó Fermín, aportando nuevas lecturas”, comentó Timón.

En 2019 arrancó la producción y, tras la publicación de la novela gráfica, el siguiente paso era el estreno teatral, previsto para mayo de 2020. Pero un virus puso al mundo cuarentena y el montaje tuvo que esperar tiempos mejores. Por fin, del 5 al 8 de octubre, la pieza hace parada en Valencia dentro de una gira española en la que ya ha visitado diversas ciudades de Extremadura, Cantabria, Ciudad Real y Santander, además de cruzar la frontera para exhibirse en Portugal y estar previsto su salto a Argentina, siempre con muy buena acogida del público.

Una mujer y un mundo a la deriva

Sobre el escenario, una pantalla reproduce los fondos de 150 de las viñetas del cómic. Pero Medea está en carne y hueso. La actriz Amelia David da vida a uno de los personajes más controvertidos de la mitología griega. “Es una mujer que ha hecho enormes sacrificios por amor, ha traicionado incluso a su familia, ha robado… y, de repente, se ve abandonada por otra más joven. Esto desencadena unos deseos de venganza por los que se destruye también a sí misma”, explicaron desde la compañía extremeña. Según la mitología, la princesa maga retratada por Eurípides en su famosa obra de teatro fue esposa de Jasón y mató a sus hijos por desamor. Un crimen que la ha llevado a huir acosada por dioses y humanos, refugiándose a la deriva en un bloque de hielo que mengua cada día y donde envejece sin remedio. Pero su mayor angustia es que, al ser inmortal, sabe que está condenada a vivir hasta el fin de los tiempos, soportando la ira divina y humana sin poder ni siquiera acogerse a la opción de acabar con su propia existencia.

“La condena más grande de Medea es la soledad, la repudia social. Ella podría seguir viviendo con lo que ha hecho, pero no si está aislada del mundo. Zeus pretende hacerle pensar con su castigo para que se arrepienta, pero ella no está dispuesta a que la obliguen a pedir perdón. Es una persona mala y, como espectadores, tendemos a intentar entenderla, incluso perdonarla, porque su tragedia es dura. Se despierta la empatía humana. Pero también la conciencia porque el mal que ella ha hecho es mucho mayor”, explicó el director de la obra, quien recuerda cómo la violencia vicaria sigue siendo noticia y poniendo los pelos de punta hoy día, demostrando la conexión que mantienen los clásicos con la sociedad actual.

Viñetas de Fermín Solís.

Recuerdos y pesadillas sobre el pasado de Medea van trufando este espectáculo unipersonal, en el que la actriz aparece caracterizada como Solís dibujó al personaje en el cómic. La iluminación, el espacio sonoro, la proyección de fondos de las viñetas consiguen encajar perfectamente el ambiente, la estética de la historia contada en el cómic. Y le añaden una nueva lectura.

“Cuando leí la novela gráfica, enseguida relacioné la destrucción que había hecho Medea de su propia vida y de todo lo que le rodeaba con la actitud del ser humano hacia el planeta. Al ir sobre un trozo de hielo menguante, a la deriva, esperando el fin de sus días me parecía una metáfora de lo que hemos hecho como civilización con el medioambiente. Al comentarlo con Solís, se sorprendió porque al hacer el cómic no tenía en mente esa intención”, explicó Timón. Y es que el dibujante reconoció haber ido recibiendo interpretaciones nuevas sobre esta historia desde que está en contacto con el público: “es una parte muy interesante, muy enriquecedora como autor”.

En el espectáculo, se habla de la soledad y de la venganza, “pero también caben lecturas sobre la situación de la mujer y el edadismo, el amor mal entendido o la exclusión social. Los espectadores se sobrecogen, hay un silencio muy elocuente al acabar la función porque invita a pensar en nosotros mismos, en si somos buenos o malos… Pero también en si lo es el mundo y en si nosotros lo somos con él”, comentaron desde la compañía.

Trazos, palabras, interpretación, escenografía, luz y ambientación sonora, todo suma en este espectáculo que hermana lenguajes artísticos de disciplinas tan distintas como el cómic y el teatro, demostrando que una buena historia bien contada es capaz de conectar con el público en cualquier formato.

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