Juan Ramón Barat: “Sin Jaume I nuestro mundo hubiera sido distinto”

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Avalado por ser una de las más destacadas plumas de la narrativa actual, Juan Ramón Barat vuelve a los anaqueles de las librerías con un nuevo título de novela histórica: ‘La extraordinaria historia de Jaume I, el Conquistador’ (editorial Algaida). Autor de obras tan reconocidas como ‘La noche de las gárgolas’ o ‘Jaque al emperador’, Barat visita y revisa la figura de uno de los personajes más importantes de la Edad Media, no ya desde el rigor histórico, sino desde el concepto de aventura y trayectoria vital.

Novelar la vida de Jaume I no es tarea fácil, pero Barat se impuso la misión de abordar las fronteras que conectan la leyenda de la realidad y…, obviamente, el juego novelesco aflora. Frente a un café, el autor nos comenta las interioridades de su novela y su visión del personaje.

Pregunta: Sin duda, la vida de Jaume I es merecedora de estudios, ensayos y novelas. Su trayectoria vital es muy atractiva, ahora bien…, desde una visión histórica y política, ¿tan grande fue su legado que llega hasta nuestros días?

Juan Ramón Barat: Jaume I no solo es un personaje fundamental en lo que es el desarrollo de Valencia, Mallorca, Aragón, lo que comprende el territorio de Catalunya o lo que es España, su influencia golpea de lleno a la propia Europa. Sin Jaume I nuestro mundo hubiera sido distinto. No se entiende Europa sin la figura de Jaume I en el siglo XIII. Es un personaje que condiciona el mapa geopolítico de España y de Europa, de lo que es todo el arco mediterráneo, en un siglo complejo y difícil como el que le toca vivir y…, sin dudas, Jaume I es todo un referente que dejó un legado que sigue siendo vigente.

J. R. Barat, posa junto a su nuevo trabajo literario.

P.: A lo largo de mil años España fue configurando su territorialidad sin embargo, Jaume I deja muy clara la composición del reino de Valencia y eso provoca malestar frente al reino de Aragón, Castilla y otros territorios. ¿Es consciente del significado de esa decisión?

J.R.B.: Sí, sí, claro. Mira, nos encontramos con un niño de cinco años que es heredero de uno de los reinos más importantes de Europa, no olvidemos que el reino de Aragón ocupaba la actual Aragón, la actual Catalunya y una parte importante del sur de Francia; y ese niño se encuentra ante un grave problema, cómo gobernar a todos los nobles, ricos y poderosos que…, guerrean entre sí para hacerse con un palmo de tierra e, incluso por el propio reino. A todo esto, todo el sur de Francia esta siendo saqueada y perseguida por el papa, Inocencio III, ante la nueva religión de los cátaros que…, proponen una nueva iglesia menos corrupta y más cristiana y, claro, el papa reacciona con saña y decide eliminarlos pero…, los cátaros eran vasallos de Jaume I y estaba obligado a defenderlos. Es decir, se encuentra con un reino en llamas y…, ese niño sale airoso de todo eso por su tenzón y por sus habilidades. Le gustan los templarios y cuando crece y comienza a conquistar, porque salir de la presión era conquistar hacia el sur, se da cuenta que el territorio musulmán es la solución frente a los problemas del norte. Por eso conquistará Mallorca, Valencia…, y esto va a configurar un cambio geopolítico y territorial enorme. Era algo inimaginable y, además, en pugna continua con Castilla. No olvidemos que Castilla metía la puya para avanzar hacía el mar y crear problemas entre los aragoneses y Jaume I y…, Jaume I debía también enfrentarse a los poderosos y ricos de Aragón y de los territorios catalanes que buscan ampliar sus fronteras. En aquellos momentos las fronteras eran cambiantes y el dominio de unas tierras permitían ampliar horizontes. Los frentes que tenía abiertos el rey estaban en todas partes y era consciente de la situación que vivía, de ahí su tenacidad y dureza por mantener el reino de Valencia separado de todos los líos y problemas que le causaban aragoneses, catalanes y castellanos.

P.: Ahora que nos encontramos en tiempos donde impera la posverdad, las verdades a medias y la revisión histórica al gusto de las ideologías, ¿es necesario recurrir a la ficción para dar claridad a la historia?

Portada del libro.

J.R.B.:  Mira, yo sé que hay varias novelas sobre Jaume I, pero yo creo que la mía es la mejor. He leído muchas novelas sobre Jaume I, he leído muchos libros de historia sobre Jaume I y he investigado mucho sobre la vida de Jaume I, lógicamente, y…, de las novelas que leí, ninguna me ha gustado del todo. Los que son historiadores y escriben novelas históricas, suelen decantarse por la parte histórica y descuidan la parte literaria y…, cuando leo una novela histórica, de alguien que es historiador, veo que sigue una cronología exacta y rigurosa de los hechos, pero veo que le falla el relato, la fábula. Yo soy filólogo clásico e hispánico y me gusta la historia e intento no descuidar la parte filológica, la parte de la composición literaria, la parte de la estructuración de los personajes, la parte de la caracterización, la fabulación… yo sé que hay que fabular, ¿por qué? Porque la gente que se acerca a una novela, aunque le gusten los datos históricos, también quieren disfrutar de la novela, de la aventura, de la fábula. Te voy a poner un ejemplo. A Jaume I le llaman el conquistador, ¿por qué?  ¿Porque conquista castillos y tierras o…, porque conquista ‘lo otro’? ¡Vamos! Mujer que conocía y le gustaba, iba a por ella. Además, era un galán y muy guapo, ninguna mujer se resistía. Era un tipo que, donde ponía el ojo ponía la lanza, por decirlo fino. De las novelas que yo leí, nadie se mete en la alcoba del rey para contarme cómo seduce a fulanita y a menganita. Hay que meterse en la alcoba ya que eso también es historia y…, ahí entra la ficción. Jaume I era rey, pero era un ser humano con sus luces y sus sombras y, en muchas novelas esa parte de amor y desamor, de alegrías y tristezas, no está.

P.: ¿Pero esos detalles de su vida, nos acercan a la realidad en tiempos de posverdad?

J.R.B.: ¡Hombre, claro que sí! Te puedo poner un ejemplo; él conoce, siendo muy joven, a Teresa Gil de Vidaure cuando ella tenía 14 años y él se enamora de ella. Esto ocurre cuando aún no se había casado con Violante de Hungría, y Jaume I se la quiere llevar al catre, pero Teresa le para los pies. El tipo le promete el oro y el moro, pero ella se niega alegando que es joven pero no tonta. Yo me imagino al rey con ese sufrimiento ante una chica, cuando en realidad a él jamás se le había resistido ninguna mujer. Yo creo que al lector le gustará todo eso y lo acerca a la verdad de la vida de un personaje como Jaume I.

P.: Pese a estar educado bajo una orden como la templaria, el rey era un tipo de bastante fragilidad emocional, ¿te apetecía descubrir e indagar en ese aspecto de su personalidad?

J.R.B.: Sí, sí. Creo que era un hombre necesitado de amor. Y esa necesidad, para una persona tan vehemente, se tenía que traducir o explotar por algún lado. Él necesitaba conquistar y amar y sentirse querido. Y esa falta de amor, ¿de dónde viene? Pues viene desde antes de nacer. Su padre, Pedro II el Católico, no podía ni ver a su madre, que era María de Monpellier. Ellos se casan sin amor, que tampoco era algo raro en aquellos tiempos; a Pedro II lo engañan para que se acueste con su mujer y…, es en esa única ocasión que copula con su mujer, que ella queda embarazada. Jaume I siempre se ve solo, sin el afecto de su padre, una madre que muere muy joven, con un montón de gente que lo quiere muerto, que es encerrado con los templarios… Él siempre se siento solo y por eso la novela lleva por subtítulo ‘La soledad del rey’. ¿Cómo busca ser querido? Pues conquistando territorios y mujeres no solo por una cuestión de poder territorial, sino por el deseo de sentirse amado.

P.: No había terapeutas en aquella época.

J.R.B.: (ríe) Ni terapeutas, ni psicoanalistas. Quizás sus problemas tampoco lo hubieran solucionado. Por obligación fue un hombre que se tuvo que hacer a sí mismo.

P.: Supongo que su autobiografía, el ‘Llibre dels fets’, habrá sido un de tus principales referencias.

J.R.B.: Absolutamente. Me la leí en versión original, medio en latín, catalán, castellano… Es un libro que hay que leerlo con cautela ya que es un diario y…, en los diarios solo se recoge lo que a uno le interesa. Se recogen los logros y los méritos, no los desméritos.

P.: Borges decía que todo biografía o autobiografía es una forma de ficción, habrá que entender el ‘Llibre dels fets’ como una ficción más.

J.R.B.: Pues tiene toda la razón don Borges. En este caso tuve que suplir los grandes silencios que contiene el libro y…, contrastar los datos por si había contradicciones en algunos detalles.

Barat se adentra en la vida de Jaume I.

P.: Pese al desafecto de su padre, Jaume I sentía mucha admiración por él.

J.R.B.: Sí, es verdad. Tanto a su padre, como a su abuelo y bisabuelo, Jaume I sentía una gran admiración por ellos. Sentía gran orgullo de su legado familiar de la casa de Aragón y de otros personajes, como fue Rodrigo Díaz de Vivar o Carlomagno. Se sentía atraído por las grandes figuras a los que él quería imitar o emular.

P.: Su personalidad se acerca a la de un iluminado.

J.R.B.: Él sentía que estaba llamado para realizar grandes gestas y…, sí, creía que su vida estaba destinada para cambiar el curso de la historia. Era un hombre muy listo, muy estratega, pero no sé si llamarlo iluminado, quizás era un hombre con una personalidad que se sentía marcada por el destino y…, eso lo hacía diferente.

P.: ¿El peso histórico no devora la trama de aventura y relato que necesita la novela?

J.R.B.: Es algo que intento cuidar mucho. Los hechos históricos están y no hay que desvirtuarlos pero…, una novela histórica también tiene la necesidad de entretener e insuflar vida a sus personajes para acercarlos al lector. Me interesa fabular y meter el cuchillo donde la historia deja su hueco, eso hace mucho más divertido el escribir y contarles a los demás las vivencias y características de los personajes. Nunca dejo que el marco histórico me robe las acciones y el hilo principal de la historia que cuento.

P.: Juan Ramón Barat, mil gracias por atendernos y mucho éxito con tu nuevo trabajo.

J.R.B.: Gracias a vosotros y espero que los lectores disfruten con la novela.

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