Las investigaciones de la Policía Nacional han dado resultado tras la detención del menor implicado en la violación grupal denunciada por una joven junto a una discoteca de la Malvarrosa en Valencia. El sospechoso fue identificado desde el primer momento, pero se escondió durante semanas. Su madre habló con los investigadores y les dijo que trataría de convencerlo para que se entregara.
Dos meses después, el joven desveló su paradero en las pasadas fiestas navideñas y fue arrestado por los agentes que asumieron el caso. El adolescente quedó en libertad tras ser interrogado, según informaron fuentes jurídicas.
La instrucción del asunto debe determinar ahora el grado de implicación en los hechos de cada uno de los cuatro detenidos. Las grabaciones de una cámara de seguridad (el ataque sexual se produjo junto a un cuartel de la Guardia Civil) muestran cómo hasta seis individuos rodean a la víctima o se aproximan a ella en diferentes momentos de la agresión sexual. Solo uno de los adultos detenidos ha ingresado en prisión. Dos de ellos tienen antecedentes por delitos de similar naturaleza.
La investigación judicial continuará ahora despiezada en dos partes. Por un lado, un juzgado de instrucción de Valencia seguirá las diligencias que afectan a los mayores de edad. Por otro, la Fiscalía de Menores se hará cargo de las indagaciones acerca de la la supuesta participación del sospechoso recientemente arrestado.
La Policía sospecha que los jóvenes grabaron un vídeo o realizaron fotos con sus teléfonos por varios destellos de luces que observaron cuando visionaron las grabaciones. Por ello, los investigadores intervinieron el móvil de uno de los detenidos para analizarlo y buscar estas supuestas imágenes, y también solicitaron al juez la correspondiente autorización para incautarse de los teléfonos de los otros dos varones arrestados.
La víctima había conocido a sus agresores en la terraza de Akuarela, un local de ocio muy frecuentado en la zona. Desde allí salió a la calle con uno de los agresores. Otros dos jóvenes también abandonaron la discoteca y se escondieron detrás de una autocaravana hasta que llegó un tercer integrante del grupo, este ya en compañía de la víctima. Luego se unió el cuarto implicado y unos minutos después comenzó, al parecer, la agresión sexual en la parte trasera de un vehículo aparcado muy cerca de la discoteca.
Tres de los jóvenes detenidos tienen 23 años y cuentan con antecedentes policiales, dos de ellos por delitos sexuales. Aunque se acogieron a su derecho a no prestar declaración ante la Policía, uno de los arrestados admitió que había mantenido relaciones sexuales con la denunciante, pero afirmó que fueron con el consentimiento de la chica. Los jóvenes se entregaron a la Policía Nacional cuando se enteraron que los buscaba por la denuncia de una violación grupal.
En sus declaraciones ante la Policía y la jueza, la víctima manifestó que sintió mucho miedo cuando la forzaron y que no gritó para pedir auxilio, porque pensaba que si lo hacía le pegarían una paliza. Escuchaba lo que hablaban sus agresores, pero no pudo ver sus caras. "Ahora te toca a ti", dijo uno de los individuos, pero la joven desconoce si se referían al consumo de droga o a la agresión sexual, porque no veía nada. Estaba con la cabeza bajada todo el tiempo después de que los jóvenes la sujetaran por el cuello y la empujaran contra la parte trasera de un vehículo.
La declaración de un testigo que presenció lo ocurrido desde lejos, un guardia civil que estaba junto a una ventana del cuartel, no ayuda a esclarecer los hechos. El agente asegura que no vio a la víctima ofrecer resistencia ni pedir ayuda a un grupo de jóvenes que se encontraban a escasos metros, y por ese motivo no acudió en auxilio de la chica ni sospechó en ese momento que podría tratarse de una violación en grupo.
