Cuentos, cuentos y más cruentos

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Con ‘CrUENTOS’ (El Búho de Minerva, 2019), Jimmy Entraigües culmina una trilogía, con la que, en sus propias palabras, «deseaba jugar en el territorio del relato breve tanto en su aspecto experimental como en el estético». Las otras dos obras, de este ambular por las ideas, y su sugerente plasmación escrita, son ‘Descuentos’ (2001) y ‘Re-cuentos’ (2013). Es decir, se trata de un itinerario creativo a lo largo de dos décadas, y tres obras, cuyos títulos, con la sutileza y sencillez de las grandes cosas, están plenamente imbricados, señalando el género dilecto de su autor. Ese es ya el primer desafío.

Decía León Felipe, en un excelso poema,  «que el miedo del hombre ha inventado todos los cuentos».  El miedo, sí, pero también, la curiosidad, la empatía —que definiré, de nuevo, como la capacidad de emocionarse, y también de emocionar, en el caso de Jimmy al menos, con lo ajeno, con aquello que ayer no formaba parte de nuestros vidas—, la percepción de los hermosos matices perdidos en pequeñas o grandes historias.  Todo eso lo encontrará el lector en Cruentos. Esta es, en realidad,  su esencia.

Pero incluso un proceso creativo tan largo puede parecer un suspiro, o una eternidad. De hecho,  hasta los mosqueteros han envejecido, no son los mismos, Vingt ans après. Solo los héroes de Reikiavik '72 mantienen su pureza, cuando se reencuentran transcurridas dos décadas.

En cinco lustros todo se pone a prueba, las ideas, el estilo, las aficiones, los amigos.  La huella del pasado, las inquietudes, afinidades  y temores, por contra,  permanecen. Así, por ejemplo, la Luna, de nuevo,  impregna Cruentos, como oportunamente subrayó el maestro Rafa Marí en la presentación del libro. Es fascinante, trepidante, el relato sobre la carrera espacial  plasmado en El lado oscuro de la Luna. Y muy cruento es el coralario del autor: «Desde hace 40 años la Luna ya cuenta con dos caras: su lado oscuro y su lado sucio».

La Luna, omnipresente en la obra, en la vida de Jimmy. Recordemos los relatos en ‘Descuentos’: Lágrima lunar,  Luna, Caminar por la Luna, La Luna; y en ‘Recuentos’: Todas las Lunas o Patricio, inventor de Lunas. En Cruentos —quizás, solo quizás,  la obra con más hondura de la trilogía, aunque  creo que  toda ella forma un conjunto armónico— de alguna forma se precisa esa inquietud del autor:  en realidad le atraen todos los espacios y regiones en los que el hombre es un extraterrestre. En ellos, el tiempo no parece reinar. Jimmy está solo. El lector está solo. La soledad, otro de los miedos del hombre. Ora sea la Luna, ora el Everest (La pequeña Junko Tabei), ora el hielo ártico (El encuentro) , ora el Nuevo Mundo (Diego de Quintana, el guerrero indiano; La moneda, Xipahuatzin, la princesa envuelta en frío—la hija de Moctezuma, nos recuerda Jimmy, tiene por costumbre restregar un tomate, xiuhtomatl, dice la princesa, en un  trozo de pan; una tempana noticia, en la que Jimmy no quiere ahondar,  del pan tumaca). Las obras de Karina Vagranova que ilustran el texto refuerzan o, tal vez, mitigan esa soledad.

No es tarea fácil destacar algún relato sobre otro. De hecho, Jimmy, ya nos avisaba en el pasado: "los cuentos son caprichosos en cuanto a compañía y posición por si desean saberlo".  No creo, sin embargo,  que a su creador le importe que usemos el Rayuelomatic.

Algunos tienen el atractivo de recrear fragmentos perdidos de la Historia, como Morgan Robertson, el hombre que hundió al Titanic, o ¿Quién fue el doctor James Barry?,  relato que emana curiosamente de una sugerencia de Umberto Eco al autor, en un breve encuentro en 1997.  Inevitable es referirse al más cruento de los cruentos: El ascensor. En palabras de Clara Peñalver, en el hermoso prólogo: «un encuentro fortuito  en un ascensor puede llegar a mostrar la cara más sucia del ser humano».

Cruentos es, en suma, la obra de un espíritu libre y honesto. Un verdadero maestro del relato breve, que nos advierte que todo esto no es más que un juego donde la línea de la realidad existe porque una ficción la sostiene. O viceversa. Juguemos pues a este juego, un hermoso juego del que todavía esperamos novadas partidas.

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