Marta Renato nació en 1987, cursó Biología en la Universidad de Barcelona y se doctoró en Biología Vegetal. Vive en L’Hospitalet de Llobregat y trabaja realizando tareas de comunicación científica y gestionando becas para investigadores. Ha publicado numerosos artículos en prestigiosas revistas científicas. Con ‘Sendero de estrellas’ (Editorial Maeva), realiza su debut en la novela.
Pregunta: ¿Cuál fue la idea que te impulsó a escribir 'Sendero de estrellas'?
Marta Renato: Se trata de una historia que me llevaba rondando muchos años. De pequeña pasaba las vacaciones en La Cerdanya, cerca del berrocal que ha inspirado el laberinto de rocas en el que se oculta Adaleda (la curandera solitaria que acoge a Núria, la protagonista). Me gustaba pasear por allí y perderme entre las rocas, y me imaginaba la clase de personajes reales o fantásticos que podrían vivir allí. Al escribir esta historia he querido devolver a ese lugar tan especial la magia que sentía de pequeña.
P.: Eres doctora en Biología Vegetal, un aspecto que sale a relucir en la historia, ya que la protagonista es curandera y se sirve de plantas medicinales. ¿La historia nace de tus estudios? ¿Querías que la biología tuviese un papel protagónico?
M.R.: Cuando empecé la carrera de Biología me fascinó lo que aprendí sobre el mundo vegetal, especialmente lo relacionado con la etnobotánica, que es el uso tradicional de las plantas. Esta materia no formaba parte de los estudios reglados ni de mi proyecto de investigación, pero hice algunos cursos de verano y no me perdía ninguna charla sobre el tema. Así fue creciendo mi interés por la historia del uso de las plantas medicinales, desde los remedios ancestrales de las curanderas hasta los medicamentos preparados por boticarios que empezaban a aplicar el método científico. En la novela he intentado reflejar esta evolución en el viaje que realiza Núria, pues empieza como aprendiz de curandera en una aldea remota y, tras pasar por diversas experiencias, acaba aprendiendo del gremio de boticarios de Barcelona, que fueron pioneros en su campo.
P.: ¿Están los personajes inspirados en alguna figura histórica?
M.R.: Solo uno de los personajes está inspirado en una persona real: el obispo de La Seu d’Urgell Joan Despés. Los protagonistas de la novela son ficticios y los juicios por brujería no se basan en casos documentados. Cuando leo novela histórica prefiero las narraciones sobre personas corrientes que con su día a día muestran las costumbres y el pensamiento de una época pasada, y en ‘Sendero de estrellas’ he seguido este mismo principio.
P.: ‘Sendero de estrellas’ tiene lugar en el siglo XVI, época en la que los avances en medicina convivieron con la superstición más arraigada, con la caza de brujas. ¿Cómo fue el proceso de investigación de ese momento de la historia en Cataluña?
M.R.: Cuando investigué sobre la caza de brujas en Cataluña cayeron muchas de mis suposiciones erróneas. Por ejemplo, aprendí que la Inquisición no tuvo un papel destacado en la persecución de brujas. Las acusaciones solían venir de vecinos o colectivos rivales y los juicios estaban organizados por jurados populares. Muchas de las víctimas eran mujeres de vida solitaria, que no seguían los mandatos impuestos por la sociedad y que cultivaban artes y conocimientos que inspiraban temor. Otras víctimas eran acusadas solo por intereses personales o disputas, sin ningún fundamento real. En el proceso de documentación también aprendí sobre los predicadores y su afán por sembrar la discordia e intentar sacar beneficio, y lo reflejé en la novela.
P.: La novela se ambienta en La Cerdanya y en otras localidades catalanas, como Girona o Barcelona. ¿Por qué escogiste estos escenarios?
M.R.: Se trata de lugares que han despertado mi curiosidad por su historia. En La Cerdanya aparecen las aguas termales de Dorres, que se han utilizado de forma continua desde la época romana, y hay un guiño a la farmacia Esteve de Llívia, la más antigua de Europa. Núria, la protagonista, recorre el Call Jueu de Girona y descubre el Monasterio de Pedralbes, con su huerto de hierbas medicinales y su reconocida botica. También aparece en la novela el Hospital de la Santa Creu de Barcelona, el más importante de la ciudad en aquella época.
P.: Esta es tu primera novela, ¿cómo ha sido el proceso de escritura?
M.R.: Tardé casi tres años en escribir la primera mitad de la novela porque avanzaba insegura y reescribí mucho. Más adelante, entendí mejor el fondo de la historia que quería contar y finalicé la segunda mitad en tan solo un año. El proceso de escritura es bonito pero muy solitario; a veces lo sentía como un reto imposible y abandonaba durante varias semanas, pero de pronto se me ocurría un diálogo o una escena que merecía la pena y retomaba el trabajo.
P.: ¿Cuál es el mensaje principal que quieres transmitir con la novela?
M.R.: En ‘Sendero de estrellas’, todos los personajes tienen en común que no se resignan a seguir el destino establecido para ellos. Creo que todos nosotros hemos sentido alguna vez que, desde la infancia, nuestra familia, nuestros mentores o las personas de nuestro entorno esperan que sigamos ciertos pasos y que mostremos cierto comportamiento simplemente por ser quiénes somos. Con esta historia he querido reivindicar que es posible salirse de este camino y hallar una manera propia de vivir, y que las personas que lo logran son las que hacen avanzar el mundo.
(Agradecemos la colaboración de Bibiana Ripol y Celia Sánchez para la realización de esta entrevista)
