Dos años hace ya que el Partido Popular ganaba las elecciones generales, le arrebataba la presidencia del Gobierno al PSOE y conseguía el mejor resultado electoral desde la muerte de Franco para la derecha española, una mayoría absoluta que le daba a Mariano Rajoy una libertad absoluta para llevar a cabo su programa electoral. Muchos pensarán que desde entonces el actual presidente del Gobierno no ha hecho sino engañar a la sociedad española aplicando políticas diametralmente opuestas a las que se comprometió a aplicar antes de llegar a La Moncloa. Nada más lejos de la realidad. No sean injustos. Rajoy hace lo que hace porque no sabía ni sabe muchas cosas.
Rajoy no sabía cómo estaba el país cuando llegó al Gobierno. Tampoco sabía que cuando desde Europa le dieron el visto bueno al rescate bancario lo íbamos a pagar todos y cada uno de los españoles. Mariano Rajoy se vio obligado a aplicar una serie de recortes que no han hecho sino alargar la recesión, deprimir la economía española y provocar aún más dolor y sufrimiento entre los más desfavorecidos.
No sabía además que los recortes en educación, sanidad o servicios sociales iban a afectar a los ciudadanos españoles. Rajoy no sabe que subir los impuestos implica un menor consumo y, por tanto, una mayor atonía de la economía. Tampoco se imaginaba Rajoy que con la última Reforma Laboral el paro se iba a disparar, y que el empleo que quedara se iba a precarizar hasta rozar, en ocasiones, condiciones de semiesclavitud.
El presidente del Gobierno y del PP no sabía que la nueva Ley Orgánica de Calidad Educativa (LOCE) iba a retrotraer al sistema educativo de este país a tiempos pretéritos, al igual que tampoco sabe que la ley sobre orden público que prepara el Gobierno recorta derechos fundamentales que los ciudadanos de este país tienen. Rajoy no sabe que las cuchillas instaladas en las fronteras españolas cortan y pueden incluso matar a los desesperados que intentan cruzarlas huyendo de la miseria.
En su momento, Mariano Rajoy y el PP no sabían que espolear a sectores sociales y políticos de la extrema derecha en temas como el terrorismo, el matrimonio homosexual o el aborto iba a acabar pasando factura al partido, llegando a las críticas públicas e incluso a las bajas de militancia. Asimismo, Mariano Rajoy tampoco pensó que recoger firmas contra el Estatuto de Cataluña y extender una ola de catalanofobia por todo el territorio español iba a poner en tela de juicio la presencia de su propio partido en Cataluña.
Aunque es el presidente del Partido Popular desde hace años, y aunque antes de llegar a la presidencia había ocupado puestos de responsabilidad en el PP, Rajoy no sabía de los tejemanejes de Bárcenas, ni sabía de la existencia de una Contabilidad 'B', ni de los sobres con dinero negro. Fue toda una sorpresa que políticos y gestores ejemplares como Jaume Matas, Francisco Camps o Carlos Fabra estuvieran implicados en gravísimos casos de corrupción.
Muchas cosas han pillado por sorpresa a Mariano Rajoy. Sean comprensivos. Rajoy sabe hacer muchas cosas, como eludir a los periodistas y a sus preguntas comprometidas, hacer comparecencias públicas en monitores de plasma, decir que llueve mucho si no puede escapar de esas preguntas o contestarlas siempre que el periodista sea de un medio de comunicación amigo.
Rajoy sabe coger un avión e irse a ver un partido de la selección española de fútbol, y sabe hacer ver que está cansado si trabaja muchas horas seguidas. Denle margen, deje que se adapte a su nuevo puesto. Hasta 2015 aún queda tiempo.
Raúl Tárrega Moya | Periodista | @RaulTarrega | Creador del blog Desde mi Butaca