Las preguntas de un fugitivo ebrio y melancólico nos envuelven en ‘No somos tan malos’ de Ángel Soledad

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¿Cómo le digo a mi mente que la muerte no existe? ¿Cómo me engaño a mí mismo? ¿Soy víctima o victimario? ¿Cuándo me volví un patán, un homicida? ¿En qué momento pasé del loco amor a la locura misma? Estas son algunas de las preguntas que atraviesan sin tapujos, la mente protagonista de ‘No somos tan malos’ (Editorial La Palabra Púrpura), la impactante novela de la escritora Ángel Soledad.

Ángel Soledad.

Nacida en el Estado de México, la autora reconoce entre sus lecturas favoritas a Dostoyevski, Tolstoi, Camus, Sartre, Castellanos o de Beauvoir. Así también, para su flamante protagonista, las referencias literarias y artísticas tendrán una importancia vital en el relato, y en la interpretaciones y descripciones que realiza sobre los acontecimientos: “La miraba y era como ver una obra de arte: El hombre desesperado de Courbet. «Tía, ¿qué letra de The Beatles quedaría perfecta para este momento?» —Pensé. Mi madre siguió gritando y tambaleándose”.

The Beatles, Camus, Beethoven​, Nietzsche, influencias que serán referentes en el pensamiento de este protagonista fugitivo, que en el intento de iniciar una nueva vida, atravesará distintas ciudades de México y a su vez, recorrerá una y otra vez, escenarios mentales de su inquietante pasado.

Pero, ¿es posible escapar del pasado?

Portada del libro.

Con un narrador en primera persona, impecablemente construido, seguiremos los pasos caóticos de un hombre, que nos arrastra en su huída, mientras, en un estado constante de ebriedad, nos revela a cuentagotas, algunas de las escenas de su infancia, adolescencia y juventud, entremezcladas con un alarmante y confuso presente: una novia ensangrentada, un padre enfurecido y una maleta con la cantidad de dinero necesario, para no trabajar nunca más en su vida.

“Estaba frente a la casa de mi novia infiel y ella tenía el dinero y las armas para hundirme. Fue entonces cuando pensé mal, muy mal. Una vileza se engendró en mi cuerpo y, lo admito, ya no se trataba de mí; se trataba del dinero.”

¿Existe una fuerza desconocida que obra irresistiblemente sobre nuestras vidas, algo así como el destino? ¿Es la herencia familiar un legado inexorable que hemos de repetir continuamente? ¿O bien somos responsables absolutos de nuestros actos?

Una novela con personajes que lidian entre traumas infantiles, inquietudes filosóficas y deseos irrefrenables de venganza. Una lectura refrescante y adrenalínica, que capta nuestra atención desde las primeras páginas.

(Agradecemos la colaboración de Promueve Libros para la elaboración de esta entrevista).

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