José María Yturralde, artista y profesor residente en la localidad de Alboraya, presentó una intervención sobre la fachada del IVAM que indaga sobre los límites de representación y juega con el cromatismo. Con las palabras "esta pieza representa mi devoción por la mitología" ha iniciado la presentación. La diosa egipcia Hathor da nombre a esta pancarta de 9 m x 9 m en la que el artista, ganador del Premio Nacional de Artes Plásticas 2020, reflexiona sobre las simbologías de la forma circular y sus acepciones en las culturas egipcia, japonesa y griega.
La directora del IVAM, Nuria Enguita, ha destacado que Yturralde "es un pionero del arte geométrico" y una de las figuras más relevantes de la experimentación con el espacio, la computación y las matemáticas. "Las colaboraciones de Yturralde en la década de los años sesenta con el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid, junto a otros artistas como Soledad Sevilla, Eusebio Sempere o Elena Asins, aportaron a su obra una mirada racional y geométrica".
La pieza 'Hathor' se inscribe dentro de la serie pictórica 'Enso'. El artista conquense -aunque valenciano de adopción desde su época de estudiante en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos- ha comentado que durante un tiempo estuvo fascinado por la pintura característica del budismo zen y de su visión del vacío. A partir de aquí, indagó en el concepto 'enso', que significa 'círculo' en japonés.
Para Yturralde, "el círculo es uno de los símbolos básicos y primigenios que comparten todas las culturas". Un círculo se cierra sobre sí mismo, y por ello representa la unidad, lo absoluto, la perfección. Funciona como un símbolo asociado a las ideas de iluminación, universo y vacío; una forma definida con un solo trazo que muestra el movimiento expresivo del espíritu durante un tiempo determinado. Por ello, "esta obra es, para mí, sagrada en muchos sentidos", explicó sobre su intervención realizada sobre lona sintética para que "aguante la luz del sol".
El artista parece modular la luz de la pieza, para que esta quede contenida entre los límites del cuadro a través de la degradación del color, creando zonas de mayor intensidad lumínica junto con otras que se confunden con la oscuridad.
A lo largo de su dilatada carrera artística, José María Yturralde permaneció siempre fiel al interés por establecer paralelismos entre el arte y la ciencia. Desde sus pioneros trabajos de arte computacional en 1968 en Madrid, hasta las "cartografías de lo sublime" de sus series más recientes (sin olvidar sus obras de 'sky art' en los años ochenta o sus experimentos estéticos con los hologramas o los láseres), toda su producción ha estado caracterizada por la fascinación por el cosmos y la idea de infinito.
Nuria Enguita destacó que esta presencia de Yturralde en el IVAM "se ampliará en la exposición 'Imaginarios mecánicos y técnicos en la colección del IVAM', que se inaugurará el 11 de marzo, y donde también podrán encontrarse cinco obras del artista vinculadas con su etapa de trabajo con el Centro de Cálculo". Asimismo, en la muestra documental 'Apuntes sobre abstracción geométrica en España', ubicada en la Biblioteca del IVAM, podrá verse una selección de sus cuadernos de notas, así como algunos de los primeros dibujos que realizó con una computadora IBM.
La originalidad de la obra de Yturralde, demostrada en esa capacidad suya para hacer ver esencialmente aquello que es inasible, se recoge en esta pieza que estará expuesta en la fachada del IVAM hasta el 30 de mayo. "Trato de buscar lo esencial y los aspectos anímicos y sagrados. Ahora tenemos otros mitos como Leo Messi, Steve Jobs o el dinero pero seguimos conservando esa relación más humana, más intensa, más íntima. Mi pretensión es darle sentido a todo eso", resumió el artista.