Entre todos los productos que destacan de nuestra gastronomía, los jamones y los ibéricos en general son los más importantes. Una serie de artículos que, siempre y cuando sigan la estela productiva de las grandes dehesas tradicionales, se convierten en una odisea de placer al rozar el paladar. Ahora bien, parece que el mercado actual se empeña por conformarse con la mediocridad; sobre todo en los supermercados más importantes. No obstante, todavía hay compañías de carácter familiar que, como César Nieto, ofrecen la excelencia a sus clientes. Una empresa que ha sobrevivido al paso de los años, manteniéndose en lo alto de la industria incluso en la era digital.
La tradición y la excelencia gastronómica de una empresa familiar
Mantener una empresa generación tras generación es un verdadero reto al alcance solo de unos pocos. No obstante, la marca de embutido César Nieto no es una compañía cualquiera: es todo un referente de Guijuelo, Salamanca, que ha depositado toda su pasión conforme los hijos, nietos y bisnietos iban asumiendo el rol de líderes. Es más, siempre ha logrado crecer para así mantenerse en lo más alto, década tras década.
Su origen nos lleva a nada menos que 1895, cuando Ildefonso Nieto cuidaba a su ganado desde sus tierras en Guijuelo. Ahora bien, la empresa como tal se fundó gracias a su hijo, Adolfo Nieto, que en 1943 decidió empezar a comercializar el cerdo ibérico. Un primer paso que César Nieto, su hijo, consolidó; abriendo sus primeras instalaciones, un matadero y forjando la Denominación de Origen de Guijuelo.
No obstante, lejos de conformarse con el éxito cosechado hasta el momento, la cuarta generación liderada por Jorge y César continuaron su estela de ambición. De este modo, abrieron nuevas instalaciones, adquirieron la finca de Los Linares, saltaron al mercado internacional y, con la llegada de la tecnología, abrieron una fábrica digital y su propia página web. Una serie de acciones que les han permitido dejarlo todo listo para la llegada de ya la quinta generación de esta empresa familiar.
Una producción sostenible y de calidad
Si bien es cierto que el mero hecho de mantener unas líneas de producción tradicionales es razón más que suficiente como para rendir a César Nieto el homenaje que se merece, conviene igualmente valorar sus métodos. La compañía mantiene un respeto incontestable por sus animales, los cuales se crían en sus tres fincas tanto de Salamanca como de Badajoz, disfrutando de una enorme calidad de vida y de una alimentación de bellota.
Por su parte, César Nieto incorporó en su cuarta generación las últimas fábricas digitalizadas a la empresa. Mediante el uso de maquinaria vanguardista, son capaces de controlar al detalle las diferentes fases de producción. Los cuales finalizan con la curación de los jamones y los embutidos en sus más de 5.000 m2 de bodegas, siguiendo técnicas naturales para optimizar al máximo el sabor de cada pieza.
El catálogo de productos más exquisito
Antes de terminar, nos gustaría conceder interés a su extraordinario catálogo. La compañía abrió hace algunos años su propia página web, simplificando al máximo el proceso de compra para todos aquellos que no se conforman con poco cuando se habla de embutidos y jamones. Una plataforma fácil de utilizar en la que se pueden hacer pedidos de todas las características.
Jamones 50%, 75% o 100% ibéricos, salchichones, chorizos, lomos, piezas de carne como el solomillo, la presa, la pluma, la panceta… La lista sigue y sigue, satisfaciendo las expectativas cualitativas de los clientes más exigentes. Porque comprar en esta web es sinónimo de acierto, huyendo del carácter de producción industrial que abunda en el mercado contemporáneo.
Por si todo esto no fuera suficiente, consumir carnes de esta línea de producción se presenta como una firme apuesta por la sostenibilidad y el cuidado de la salud. La industria de la carne no tiene por qué faltar el respeto a los animales o al medio ambiente, mucho menos al bienestar del consumidor. Simplemente, hay que saber en qué marcas invertir a la hora de hacer la compra.
