J.J.Benítez: “Creo que la pandemia no tiene un origen natural”

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Periodista, investigador, presentador televisivo y escritor la carrera de J.J. Benítez vine avalada por más de 60 títulos publicados a lo largo de cincuenta años de trabajo en los que destaca su saga de obras ‘Caballo de Troya’ con la que obtuvo un enorme éxito internacional. A sus 74 años continúa una febril actividad literaria e investigadora que le ocupa muchas horas de atención y que le llevan a preparar nuevos trabajos  sobre aquellos temas donde la ciencia, la tecnología y los fenómenos inexplicables (u ocultos), no logran ponerse de acuerdo.

JJ Benítez
Una imagen tomada por Blanca, la mujer de Benítez, durante la travesía alrededor del mundo.

Tras su último libro, ‘El diario de Eliseo’ (2019), Benítez vuelve a las librerías con un libro, ‘La gran catástrofe amarilla’ (Planeta), muy personal donde relata sus vivencias a bordo del crucero Costa Deliziosa en donde es sorprendido por la pandemia de la COVID-19 iniciando una vuelta al mundo tan sorprendente en hechos como amarga en su conclusión. A través de una larga charla telefónica, Benítez nos comenta las interioridades del libro y lo que le fue revelado por sus informadores.

Pregunta: Como siempre es un placer hablar contigo y…, tras cada nuevo libro tuyo creo que uno acaba acumulando muchas preguntas que necesitan respuestas.

J.J.Benítez: Bueno, me alegro mucho que así sea. Quiero que sepas que a mí me pasa lo mismo. Tanto cuando empiezo un trabajo, como cuando lo termino acabo haciéndome muchas preguntas. Algunas de ellas tienen varias respuestas, otras respuestas sí que las conozco y muchas preguntas me abren más preguntas nuevas en busca de respuestas. Ya doy por sentado que cualquier trabajo de investigación o cualquier obra que inicio tiene un cúmulo de preguntas que necesitan ser respondidas. Yo, si puedo responder a algunas de tus preguntas lo haré encantado y…, también recibo una enorme cantidad de cartas y correos electrónicos de lectores que me solicitan respuestas a cuestiones que trato en mis libros.

P.: Además de ser un diario personal en tu nuevo libro nos comentas que recibes una carta, poco antes de iniciar tu viaje, que decides leer a la vuelta de tu periplo mundial. ¿Por qué dejar un sobre que te llega desde California (EE.UU.) en el que un amigo te indica que los folios son ‘altamente confidenciales’ teniendo en cuenta tu espíritu investigador? ¿No deseabas conocer el contenido de los documentos?

J.J.B.: No, no, no había desinterés por mi parte en leer la carta. En realidad fue un tema logístico. El correo lo trae Blanca, mi mujer, a casa y con todo el lío de las maletas y…, faltaba muy poco para almorzar y salir hacia el aeropuerto y…, la verdad es que me dio pereza leer catorce folios. Abrí el sobre y me dije: ‘lo dejaré para otro día, cuando regrese’. Quizás fue un error pero…, creí oportuno atender las necesidades del viaje antes que ponerme a leer todos los folios que me habían llegado.

P.: A lo largo del libro vas indicando que ‘ellos’ (según tú son tus guías, una especie de fuerza colectiva que te acompaña y afecta tu intuición), te indican que hagas ese viaje y que quizás influyen para que tú llegues a un tipo de conclusión tras el viaje y te enfrentes al relato que contiene la carta que lees meses después, ¿pudo ser de este modo?

J.J.B.: Bueno…, creo que la carta es un complemento importante pero…, no es lo más importante del libro. Lo más interesante, para mí, de toda esa experiencia es ver, un poco, la psicología humana. Ver cómo se comporta el ser humano ante el miedo, ante la posibilidad de la catástrofe…, ver cómo reacciona ante una circunstancia de gran adversidad. Eso fue para mí lo más interesante y lo más sorprendente. El viaje me permitió vivir una experiencia muy rica sobre el comportamiento humano y qué hace frente a un panorama de miedo.

P.: ¿Crees que debías vivir la experiencia con la sensación de cautividad en alta mar, sin posibilidad de llegar a un puerto, ante una situación de incertidumbre, y reflejarla en un libro?

Portada del libro.

J.J.B.: Hmmmm…, todo esto es una mezcla de sensaciones, de sentimientos, de esperanzas…, de cosas bonitas y agradables junto a momentos de tensión.  No se puede resumir de una forma sencilla. Para mí, lo más importante es comprobar que el ser humano tiene mucho miedo a morir. A mí me sorprende, probablemente porque yo he hecho mucha investigación sobre el tema y sé que después de la vida hay más vida. Tras la muerte seguimos vivos físicamente y estoy seguro, al ciento cincuenta por ciento, que esto es así. La gente, creo, tiene una idea sobre la muerte como si fuera algo definitivo y no es así. La gente tiene miedo a concluir la vida. La gente no se quiere morir. El viaje me permitió ver y comprobar el miedo que provoca la simple idea que podemos dejar este mundo de un momento a otro y…, mucha gente tiene mucho miedo a que su vida se apague. La pandemia, el crucero detenido en alta mar fueron importantes para conocer esa realidad. No sé si la experiencia que viví estaba marcada pero para mí fue muy importante vivirla y expresarla en el libro aunque…, dejé fluir los acontecimientos, posiblemente, guiado por mi intuición y más factores. Fue una experiencia difícil en algunos momentos y me sentí muy triste por la reacción de muchas personas. La gente entra en estado de nervios y psicosis con mucha facilidad.

P.: La experiencia tiene un componente traumático. Vas relatando como grupos de turistas de diversas nacionalidades muestran sus caracteres, sus reacciones, sus choques, ante la incertidumbre del viaje, de la pandemia, al tiempo que vas informándote de lo que ocurre en el exterior y…, bueno…, comprobar in situ todo lo que ocurría y qué sucedía en el interior del barco.

J.J.B.: Sí, sí. En ese aspecto la experiencia es inigualable, sin duda. Además, espero no volver a repetir nunca una situación así. En realidad no sé qué palabra utilizar pasa definir el egoísmo humano, el comportamiento absurdo y ridículo que tenemos en muchas ocasiones. Porque un señor ocupó una mesa o por usar una silla que era habitual de otra persona ser lían a botellazos y…, ¡estamos hablando de gente de 60, 70 u 80 años! Deberían tener un conocimiento exhaustivo de lo que es la vida o la mente humana y, sin embargo, no lo tienen. Creo que no solo fue el tema de la pandemia arriba del crucero, creo que las reacciones que vi y viví eran propias de personalidades dispuestas al enfrentamiento y la disputa. La pandemia puedo acentuar el nerviosismo pero creo que eran personas dispuestas a tener actos de violencia.

P.: Volviendo un poco a tu intuición…, ¿crees  que fuiste ‘guiado’ para pasar y vivir la experiencia que narras en el libro? Según comentas fuiste ‘motorizado’ para realizar el viaje.

J.J.B.: Quizás sí, quizás sí…., para mí lo más interesante, y esto lo pensé después, durante la travesía cuando ya empezaron a surgir las noticias preocupantes, y…, es que ‘alguien’ me sacó de España porque yo, pudiendo dirigirme a cualquier lado con las investigaciones, hubiera corrido un peligro muy grave; en cambio, en el barco, era como estar en una burbuja de protección.

P.: Pese a la protección, el final del libro deja una sensación de tristeza enorme. Emocionalmente te rompes ante un dolor familiar y eso sume al lector a un abatimiento que no espera.

J.J.B.: Sí, sí. La verdad es que es un libro bastante amargo y triste al final. Sobre todo a nivel personal porque no podía imaginar, en esos momentos, lo que me iba asucuder.

P.: Al mismo tiempo a lo largo del libro hay muchas huellas de amor hacia Blanca, tu mujer, que te viene indicadas por tus ‘guías’: sé tolerante, no te enfades, préstale atención… Hay una carga de amor mucho antes de conocer su dolencia.

J.J.B.: Sí, también. Es verdad. Todo el tiempo hay cargas de amor, incluso cuando yo me permito cierta poesía en las frases que dedico a la mar pues…, sí, hay ternura, el deseo de vivir, hay una ilusión, una esperanza. Para Blanca hay mucha de toda esa ternura y ese amor.

P.: También en el libro dejas ver tu posición opuesta a determinados medios, editoriales, periodistas, políticos o corrientes de opinión no solo en referencia al tema de la pandemia sino también a nivel personal, ¿deseabas dejar claro tu visión al respecto  en cuanto a diferir del Gobierno actual o respecto a determinados medios y periodistas?

Juan José Benítez en una imagen de archivo.

J.J.B.: Bueno…, yo lo que veo y…, lo que veía en el barco y lo que veo ahora, ahora mucho peor que hace meses, es una política nefasta. La clase política en este país es nefasta y que no hay solución, ni salvación para ninguno. Todos los partidos políticos y todos los líderes políticos me parecen impresentables.

P.: Pero haces referencia a un grupo editorial y sobre varios periodistas con los que discrepas totalmente.

J.J.B.: Creo que en el periodismo se ha perdido la brújula, el norte. El periodismo, y me refiero al de hace décadas, era un periodismo de raza, de calle, de lo que llamábamos ‘el pisotón’, el de ir a la fuente y a los protagonistas…, ahora es un periodismo de burocracia, un periodismo de despacho y eso es una desgracia. Claro que discrepo con algunos periodistas, creo que se mueven por intereses ideológicos y no de noticia pura y dura.

P.: A ti te llega, a través de tus fuentes, una información privilegiada que sueles desvelar en tus libros. En el caso de ‘La gran catástrofe amarilla’ y ‘Gog’ (la obra que habla sobre la caída de un meteorito a la Tierra en 2027), es una información que recibes en 2011 y la registras en acta notarial para ser revelada en octubre de este año, como es el caso de la pandemia. ¿A qué se debe que no des a conocer estos informes en su momento o haya un período de tiempo hasta su publicación?

J.J.B.: Bueno…, cuando recibí esas informaciones en 2011 me quedé tan abrumado que pensé en un notario y acudí a él para que levantara acta y…, ¿por qué lo hice? Pues me sentí abrumado, sorprendido y no sabía si todo aquello podía ser verdad y…, no lo sé todavía. Salvo la pandemia en la que estamos inmersos, y que fue provocada según mis informes, no sé si todo lo que me llega es verdad. Creo, y confío en mis informantes, que la pandemia no tiene un origen natural. Respecto al acta notarial no será abierta al público como pensé en un primer momento. En cuanto al gran asteroide de 2027 no lo sé, ojalá esté equivocado. Realicé el registro notarial siguiendo un impulso, un instinto y…, aparte de comentarlo con mi mujer y cuatro amigos más, el tema no me parecía serio y pensé en dejar constancia notarial. Me pareció oportuno hacerlo.

P.: En el libro, como en muchos de los que publicas, destacas que deslizas 13 errores de segundo y tercer orden, ¿el título ‘La gran amenaza amarilla’ es uno de esos errores ya que según el informe que desvelas el origen del virus de la COVID-19 tiene su nacimiento en los laboratorios ultrasecretos de los EE.UU.?

J.J.B.: Bueno…, lo que pasa es que cuando yo fui al notario, la información hablaba de la gran amenaza amarilla y…, cuando yo escribí el libro le puse otro título pero la editorial empezó a pelear y a decir que tenía que cambiarlo. El título era ‘Fort Apache’ que a mí me parecía mucho más interesante a nivel periodístico que el actual. La editorial no quiso, dijeron que sonaba a película de indios y al final lo quité.

P.: Al tratarse de un diario de viaje el libro es autoconclusivo y no como otras obras tuyas que tienen posibilidades de ampliarse al tratarse de investigaciones pero, ¿tienes en mente realizar algún trabajo más entorno a la pandemia o al que realizan los laboratorios secretos sobre los virus y sus efectos en la población?

J.J.B.: No, no creo. Como tú muy bien dices es un trabajo literario autoconclusivo y porque el tema es muy desagradable y yo estoy un poco cansado de la COVID-19, como casi todo el mundo, y no deseo seguir con el tema. Yo escribí un libro, que todavía no se ha publicado, llamado ‘Misa 110’ que es la primera vuelta al mundo que di y…, no sé si en algún momento lo publicarán.

P.: Pero…, si recibieras más información, ¿lo escribirías?

J.J.B.: Puede ser que reciba más información pero…, no creo que la saque en un libro. No sé…, por ahora no sé qué hacer.

P.: El libro tiene un sabor agridulce en general y deja una sensación de mucho pesar en su última página. Creo que muchos lectores sentirán tristeza al llegar a ese final.

J.J.B.: Hay amargura en libro porque al llegar a España los médicos descubren el cáncer en Blanca y…, fue un verdadero mazazo.

P.: Creo que es uno de los libros más personales e íntimos que has escrito, ¿es así?

J.J.B.: Pues sí. Es un cuaderno de bitácora en el que reflejo la situación, las conversaciones, los momentos vividos y…, un poco de mí mismo.

P.: Sobre todo en la letra pequeña. Hay muchas páginas llenas de preguntas dirigidas a Dios y muchos pensamientos personales. Es como que quieres conocer muchos secretos de la vida y más allá de la vida. ¿Tantas preguntas te haces para reflejarlas en un cuaderno?

J.J:B.: Pues muchas. La verdad es que muchas. Te confieso que las notas a pie de página, para mí,  son lo mejor del libro.

P.: Creo que muestra tu parte más humana y desnuda lejos del investigador y periodista.

J.J.B.: Sí, sí, exacto. Es la parte que yo más agradezco cuando los lectores ven esa parte y…, me da mucho rubor hablar de mí mismo y…, hasta que no supere esta situación estaré sacando libro de investigación.

P.: Juan José Benítez, muchas gracias por esta conversación. Te deseamos lo mejor para el libro y el deseo, desde el corazón, que Blanca supere esta dura situación que vive.

J.J.B.: Ha sido un placer charlar y espero que nos veamos pronto por Valencia.

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