‘El médico, el musical’, un viaje de transformación medieval que llega a nuestros días

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Publicada en 1986, la novela de estadounidense Noah Gordon, se convirtió ese mismo año en un auténtico Best-seller que fue traducido a más de 15 idiomas. El éxito de ‘El médico’ llevó a Hollywood (en 2013) a realizar una estimable versión cinematográfica que gozó de buenas críticas y de una gran respuesta de espectadores. Iván Macías y Félix Amador (creadores del musical), no solo vieron en el libro y el filme una gran historia de abnegación y superación, sino que detectaron los puntos esenciales para convertir ‘El médico’ en un poderoso espectáculo visual sobre el escenario y…, ¡vaya si lo lograron! A Macías se debe la música original; potente, emocionante y épica cuando toca, y a Félix Amador le corresponde la creación de un libreto, bastante fiel a la novela original, y de buen ritmo argumental. La arquitectura de ‘El Médico, el Musical’ nos sitúa en Londres, en pleno siglo XI, en donde el niño Rob J. Cole, toma su condición de protagonista. El pequeño Rob se queda huérfano con solo nueve años y muy pronto se percata que tiene el don de predecir la muerte a quien toca con sus manos (esta sensibilidad lo hará especial pero desdichado en más de una ocasión). Hasta sobrepasar la adolescencia, Rob recorrerá Inglaterra como aprendiz de un cirujano barbero (un primer maestro en su largo periplo de transformación interior) y junto a él descubrirá los avatares de la vida y su pasión por el arte de la curación y la medicina. Cierto día conocerá a un médico judío que le habla de una escuela en Persia, dirigida por el gran erudito Avicena, el mejor médico y filósofo de la época. Desde ese instante, Rob solo pensará en una cosa: llegar hasta el sabio aunque tenga que atravesar medio mundo y perder algunos años de su vida.

'El médico' contiene una potente historia de amor como una de sus ejes argumentales.

Tras dejar Europa, Rob se adentra en el desierto con una caravana en la que conoce a Mary, una linda escocesa de la que se enamora pero a la que debe abandonar en pos de su sueño. Una vez que llega a Ispashán (Persia), sede de la escuela de Avicena, Rob deberá hacerse pasar por judío para que se le permita estudiar y gracias a su rápido aprendizaje y don se convertirá  en el alumno favorito de Avicena. Gracias a su tesón Rob logrará convertirse en un gran médico y mantener, a su lado, a la mujer de sus sueños aunque para ello tenga que luchar duramente contra la peste, la guerra, y contra el mismísimo Sha, un rey déspota, ególatra y alcohólico. Alcanzar los sueños no es una meta fácil pero…, el conocimiento y la tenacidad dan los felices frutos de la recompensa.

Una imagen de la obra.

‘El médico, el musical’, dirigida con mano firme por Ignasi Vidal, logra mantener una historia de transformación y superación con notable juegos de escena y cuadros musicales, en donde se plantean temas tan universales como el amor, la perseverancia, el perdón, la búsqueda o la consecución de un ideal.

Destaca también la habilidad para crear un aire de suspense que permiten asomar distintos perfiles de la historia que la elevan narrativamente (El personaje de Mary forma parte de este elemento narrativo). Por otro lado, todo el elenco actoral está muy equilibrado permitiendo que los cuadros personales y corales brillen a lo largo de la historia. A destacar la propuesta escénica cuidada y ambiciosa que convierte un musical de gran formato en una experiencia que no solo aprovecha sus posibilidades, sino que las exprime para ir más allá en su propuesta y relato.

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