El amortiguador del coche: consejos de uso y proceso de sustitución

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El amortiguador de un coche es un elemento esencial para que las ruedas funcionen correctamente y se pueda producir así la correcta circulación. Está situado entre el chasis y los neumáticos; y su rendimiento se traduce en la conversión de energía cinética en térmica, una acción necesaria para que el vehículo se mueva. También controla y absorbe los movimientos con el objetivo de aportar la estabilidad adecuada en cada momento. Se trata de un elemento bastante desconocido para el público general, cuyo correcto funcionamiento es imprescindible para que todo fluya y que requiere, además, del correspondiente mantenimiento y los periodos de sustitución.

Amortiguador imagen de autodoc.es

Las buenas prácticas pueden mejorar su capacidad y prolongar la vida útil del amortiguador. El estilo de conducción y el uso que se da al coche son, en ese sentido, factores muy importantes que ayudarán a conseguir el mejor resultado con este elemento. No circular por caminos con baches grandes o reducir la velocidad cuando se pasa por un badén son acciones muy sencillas y coherentes que influyen directamente sobre el resultado. El principal riesgo al que se expone un amortiguador es el contacto con el suelo, ya que esto lo podría dañar y reducir su optimización de cara a futuros usos. Por ello es recomendable no tener el maletero con más peso del permitido, pues esto supone que la distancia con respecto al terreno se reduce. Además, el aparcamiento con la rueda encima del bordillo es una idea que se debe quitar de la cabeza.

Cuándo hay que cambiarlo

Esta pieza tiene fecha de caducidad, si bien su vida útil se prolonga más tiempo que la de otros elementos de un vehículo. El periodo entre uno y otro uso se establece en cinco años, una cifra que se puede reducir si se alcanzan los 60.000 kilómetros. Estos son los principales indicadores, aunque hay que tener en cuenta algunos factores que podrían adelantar este cambio. El desgaste se acelera si no se siguen las recomendaciones de uso y el conductor aprecia esta situación porque el tiempo y la distancia de frenado aumentan. Las dificultades para controlar el vehículo aumentan, especialmente a la hora de tomar una curva o sobre superficies mojadas. En ese caso, se produce una vibración en el volante que es un evidente signo de que hay un problema.

Cómo cambiarlo

Los particulares también tienen la oportunidad de cambiar el amortiguador de su coche sin tener que acudir al mecánico. Este proceso requiere de la disposición de los materiales adecuados y de un poco de paciencia. En primer lugar, hay que elevar el coche con el uso de un gato y desmontar la rueda. Podría ser necesaria la retirada de las líneas de frenado y de la barra estabilizadora. Después, se retiran los tornillos de la dirección y de las torres, lo que permite soltar el amortiguador. Éste se extrae y es sustituido por la nueva pieza. Es muy importante, en este momento, volver a colocar los tornillos en la misma posición que estaban fijados previamente. La instalación de la rueda, que había sido retirada, es el último paso.

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