La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha otorgado el prestigioso reconocimiento de Patrimonio Agrícola Mundial a l'Horta de València, en un claro contraste con las decisiones de planificación territorial de los políticos locales. A pesar de esta distinción, impulsada por la resiliencia de su agroecosistema y su diversidad biológica, la valiosa huerta enfrenta amenazas debido a deseos urbanísticos que podrían llevarla a la desaparición.
La organización ecologista Acció Ecologista-Agró ha alzado su voz en contra de esta tendencia alarmante, particularmente en localidades como Aldaia, donde, según la organización, se ha propuesto la destrucción de un millón de metros cuadrados de tierra agrícola con la construcción del parque empresarial Pont dels Cavalls, sin una justificación clara ni evaluación adecuada de los impactos ambientales.
La distinción SIPAM (Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial) que se otorgó a l'Horta de València en 2019 resalta su papel como un agroecosistema resiliente, caracterizado por su biodiversidad y sus vínculos culturales y paisajísticos. Sin embargo, AE-Agró asegura que "esta designación parece chocar con las decisiones de muchos líderes municipales en la región, dando lugar a la proliferación de proyectos urbanos que amenazan su integridad".
Un ejemplo destacado es el caso de Aldaia, donde recientemente ha surgido un proyecto para reconvertir 100 hectáreas de tierra no urbanizable en una zona industrial y terciaria, a pesar de contradecir la legislación local y regional. A pesar de las declaraciones de emergencia climática en Europa, España y València, parece que los diagnósticos y acciones de algunas autoridades locales no reflejan la urgencia de la crisis climática.
Exigencia de un proyecto más sostenible
El proyecto, que es una versión reducida de uno propuesto en 2005, ha sido criticado por reciclar un estudio ambiental estratégico de 2007 sin ajustes significativos, lo que suscita interrogantes sobre el compromiso del gobierno municipal con las preocupaciones ambientales actuales.
El informe también omite considerar los impactos potenciales en la biodiversidad y el riesgo de inundaciones asociado al sellado del suelo en una región ya vulnerable a fuertes lluvias.
Desde Acció Ecologista-Agró, se exige una revisión exhaustiva de este proyecto, instando a un enfoque más sostenible y comprometido con la conservación de la huerta y el bienestar de las comunidades locales. En última instancia, la organización hace un llamado a detener la ejecución del plan, argumentando que aún es posible tomar decisiones más responsables para preservar este patrimonio agrícola único y esencial.
