El conocido chef Karlos Arguiñano ya cuenta con dos de las cazuelas de barro pertenecientes a una serie limitada que el ayuntamiento de Alaquàs, a propuesta de la sociedad Gastronómica El Cullerot, recuperó y puso a la venta.
Dos representantes de El Cullerot han pasado unos días en Zarautz, donde se encuentra la sociedad gastronómica de Zarautz con la que el Cullerot está hermanada desde hace años. Ellos han sido los encargados de llevar hasta esta emblemática ciudad las cazuelas artesanales de barro con el sello del siglo XV, una para cocinar al horno y otra para cocinar al fuego. Además, también les entregaron dos recetas, la del Arròs al forn d’Alaquàs y la del Arròs amb bledes, "para que conozcan dos de nuestros platos más representativos" esgrimían desde El Cullerot.
Aprovechando la visita, fue a través de representantes de la sociedad de Zarauts, Óscar y Jose Ángel, quienes intermediaron para hacerle llegar a Arguiñano las cazuelas. La entrega se realizó en la pescadería 'Batela', situada en el corazón de Zarautz y propiedad de José Ángel, que es considerada la mejor de toda la comarca.
Una patente del siglo XV
En las excavaciones realizadas en el subsuelo del Castell de Alaquàs entre los años 2006 y 2007 salieron a la luz numerosas piezas cerámicas y también dos fragmentos de ollas de barro que llevaban la marca de los Aguilar.
Años después, el investigador Adrià Hernández ha documentado que fue una petición en el siglo XV del colectivo artesano local al señor, el Micer Jaume García de Aguilar, para marcar con el sello de su familia la producción local y así distinguir las cazuelas y pucheros de Alaquàs.
Con ello, pretendían que las ollas de Alaquàs, que consideraban de mayor calidad, se identificaran por la clientela en los distintos mercados de la Corona de Aragón, respecto a otras fabricadas en los pueblos de alrededor, y que se estaban vendiendo como si fueran de Alaquàs.
