Nacida en Valencia, Rosa Sanmartín tiene ya una larga trayectoria como escritora y ensayista. Doctora en Filología Hispánica, en su haber cuenta con títulos como ‘Metodologías teatrales aplicadas a las nuevas dramaturgias contemporáneas’ o ‘Escritos sobre teatro de Josep Lluís Sirera’. Junto a esta labor, el territorio de la novela ha estado presente en su trabajo con dos títulos muy reconocidos: ‘No te fíes’ y ‘Cuando la vida te alcance’. Ahora, los anaqueles de las librerías reciben un nuevo trabajo de la autora, ‘Un brindis por el desamor’ (Nou editorial), en donde el aprendizaje del amor deja un sabor agridulce hasta la llegada de un nuevo brindis.
Pregunta: ¿’Un brindis por el desamor’ es también un brindis por el reencuentro con el amor?
Rosa Sanmartín: (ríe) Bueno, bueno…, depende. Para el personaje de Angélica es un reencuentro con ella misma. Con una parte de quererse a sí misma y descubrir que al terminar una relación hay que construirse y…, eso pasa por sacar el amor por uno mismo. Luego puede que vuelva a surgir el amor por una pareja pero, en el caso de Angélica, debe pasar por una serie de fases y situaciones. Creo que en la vida también ocurre lo mismo.
P.: Creo que una novela como ‘Un brindis para el desamor’, más allá del hecho de la ruptura, propone el tema de conocerse y descubrirse a uno mismo. Toda experiencia conduce a crecer y aprender de lo vivido.
R.S.: Sí, estoy de acuerdo. Uno de los temas es aprender del resultado de esas experiencias que vivimos y que nos hacen madurar. En este caso soy bastante optimista y quería hacer una novela con bastantes puntos de humor y dosis de felicidad. El lector encontrará dolor, tristeza y algo de sabor amargo en algunos pasajes pero…, el resultado es mucho más optimista y con desamor, y con amor, hay muchos momentos y detalles que hacen más llevadera la vida. Creo que esta novela es una de mis trabajos donde hay más optimismo y alegría. Mis dos novelas anteriores eran mucho más tristes y amargas.
P.: Sitúas a tu personaje en Londres como escenario de sus circunstancias, ¿por qué?
R.S.: Creo que era el lugar necesario para que Angélica viviera su aprendizaje emocional. Londres tiene esa neblina matinal en su proximidad al Támesis, ese cielo gris y plomizo, ese Hyde Park que invita a la soledad en ocasiones… No sé, pero creo que era el marco ideal donde situar a mis personajes. Es una ciudad enorme y me servía casi como un paisaje cinematográfico. Creo que es una novela muy visual en ese aspecto.
P.: Lejos de la calidez mediterránea parece que Angélica es más fría, ¿también el escenario modifica sus emociones?
R.S.: (vuelve a sonreír) ¡Hombre, el paisaje cuenta y mucho! Mira… Angélica y Philippe son dos personas que pueden estar convencidas de que se aman con locura, al menos así se sienten y así lo viven pero…, a la hora de tomar una decisión tiene que elegir y ahí es donde todo se complica y se pone patas arriba. ¿Están dispuestos a arriesgarlo todo el uno por el otro?¿Quién de los dos debe dejarlo todo y empezar de cero? ¿Quién es el primero es decir que está dispuesto a dar un giro de 180 grados a su vida? Eso no es fácil y esas son preguntas que se hacen los personajes con una respuesta muy dura y muy realista. Siempre hay un momento en que hay que jugársela. Al principio son inocentes, por su juventud, pero a medida que van madurando la relación ellos también maduran sentimental y emocionalmente.
P.: ¿Esas experiencias de la juventud que hacen madurar a tu personaje, proceden de vivencias propias?
R.S.: Angélica es muy distinta en personalidad a mis vivencias de juventud. Me encanta observar el mundo y extraer un poco de todo lo que vivo y veo. Puede que algunas pinceladas de mi estén en Angélica, en Philippe o en Matthew, uno siempre deja algo de sí mismo en lo que escribe pero…, intento reflexionar sobre cómo se comporta la gente y cómo reacciona ante distintas circunstancias y eso me sirve como material para mis novelas. Quizás ’Un brindis por el desamor’ tenga esa parte de juego adolescente y de imagen en la que muchos se puedan reconocer pero, no juega a dar moralinas ni ejemplos. Son personajes sacados de la vida llevados al papel con sus errores y aciertos.
P.: Muchas gracias Rosa por desvelarnos interioridades de tu nueva novela y te deseamos mucho éxito en las librerías.
R.S.: Gracias a vosotros y espero que los lectores disfruten con ella.
