Pablo Quesada lleva al MuVIM la pintura de lo invisible

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El Museu Valencià de la Ilustració y la Modernitat (MuVIM) presentó este jueves la exposición pictórica ‘Trames’, del pintor valenciano Pablo Quesada. La muestra, comisariada por el crítico de arte Víctor Zarza, permanecerá abierta al público en la sala Jerònima Galés del museo de la Diputació de València hasta el próximo 26 de mayo.

Se trata de la primera exposición individual de Pablo Quesada, cuya obra se caracteriza por reflejar en sus cuadros lo invisible, concretamente el entorno que hay alrededor de las figuras humanas, empleando para ello una fórmula tan ambiciosa como es ‘expresar el vacío’.  Partiendo de la idea de que el espacio que rodea a los seres vivos se encuentra íntimamente ligado a su existencia y determina su actividad, el artista trata de hacerlo plásticamente visible. Ante aquello que resulta imposible percibir, que no cuenta con una apariencia visual, su propuesta pasa por materializarlo a través de una compleja trama pictórica.

“Mi trabajo trata de la importancia que tiene el espacio a nuestro alrededor en el desarrollo de la vida. Es algo a lo que no se le suele prestar mucha atención, pero condiciona directamente todas nuestras acciones”, explicó Pablo Quesada durante la presentación, en la que añadió que “mi idea es sustraer la identidad del protagonista de una escena para darle relevancia a lo que le rodea”.

Pablo Quesada junto a una de sus obras.

Así, la trama se presenta a modo de hipótesis antes que como simple constatación de un fenómeno físico. Su planteamiento nada tiene, pues, de científico, sino que es intuitivo, lo cual llama la atención en un momento en el que contamos con tantos instrumentos capaces de registrar la realidad de manera muy diversa. Lo que hace Pablo Quesada es construir articulando gestos pictóricos que buscan traducir los ritmos que advierte en esas relaciones dinámicas e inter corporales.

Se pueden encontrar antecedentes de este tipo de pintura en al escultor italiano Medardo Rosso (1858-1928), pionero en la preocupación por plasmar volumétricamente el espacio en torno a sus modelos. Poco después, los futuristas convirtieron en uno de los fundamentos de su programa artístico la representación del movimiento, evidenciando la conexión entre el espacio y los cuerpos cuando estos se desplazan, entendiendo dicho vínculo como una totalidad.

No obstante, mientras que para los futuristas el movimiento era una premisa (estaban generacionalmente obsesionados con el dinamismo mecánico del mundo moderno), para Pablo Quesada supone una cuestión sobre todo de carácter espacial e interactivo; y muy a menudo social, dado su interés en profundizar en el re-conocimiento de las relaciones humanas de una manera sustancial, al margen de detalles anecdóticos o aspectos narrativos. Por ello, en sus cuadros se entrega a un ejercicio de vaciamiento de las fotografías de las que parte, al desnudar visualmente sus motivos, lo que casi nos llevaría a considerar su proceder como una suerte de des-pintura (por emplear este expresivo término puesto en circulación por Perejaume).

Buena parte de las superficies de sus cuadros las consigue eliminando los pigmentos que previamente ha aplicado, en una permanente operación de adición/sustracción mediante la que trata de desvelar la clave dinámica y relacional de las situaciones concretas que obtiene de las fotografías; de ahí la inmensa gama de matices y texturas que aparecen en sus telas. Pintar lo invisible, como es su propósito, pasa por irlo descubriendo trabajosamente, sin una idea establecida o prevista del resultado final. Descubrimiento que atiende a lo que halla en la imagen (la de partida y la que sucesivamente va surgiendo sobre el lienzo), con un modo de proceder absolutamente intuitivo.

El jefe de exposiciones del MuVIM, Amador Griñó, señaló durante su intervención en el acto de presentación, que “desde este museo apostamos por la modernidad y por las nuevas generaciones de artistas, por los jóvenes valores. De hecho Pablo es el primero de estos artistas que expone fuera del Cubo”. “Expresar el vacío que rodea a la figura ha sido siempre una problemática en la configuración pictórica, y precisamente Pablo lo que intenta es captar esa atmósfera”, subrayó.

El audiovisual que acompaña a sus pinturas en esta exposición quiere mostrar, a través de las ondulaciones del agua, ese espacio que rodea a los cuerpos y que en el medio acuático se hace perceptible. Un campo de experimentación, y de desvelamiento, que ofrece al visitante, ya desde la entrada, una clave para entender los intereses de este joven artista.

Biografía

Pablo Quesada Miranda (Valencia, 2001) está cursando en la actualidad el último año del Grado en Bellas Artes en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos (Universitat Politècnica de Valéncia). Gracias a la concesión de una beca SICUE en estos momentos se encuentra en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Anteriormente, entre 2019 y 2022 realizó estudios en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (UPV).

Ha participado como artista en varias exposiciones colectivas, como ‘Explorar’ (galería Sarao Studio, Ferrol, Coruña, 2023); ‘Revenant’ (galería Est-art, Alcobendas, Madrid, 2023); y en la itinerante derivada del ‘Certamen Lapayese del Río’ (2023). Ha comisariado la exposición ‘Dentro Fuera’ (galería Maika Sánchez, Valencia, 2023), donde se trataba de dar visibilidad a las nuevas generaciones de artistas valencianos.

Actualmente es beneficiario de una residencia artística ‘P.O.M.’ en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque (Madrid), dentro del colectivo ‘SujetoHabitante’.

1 COMENTARIO

  1. el texto es una retórica qué
    muerde la cola girando alrededor al bodegón o al
    paisaje pretendida mente dixléxico para demostrar algo que és pero que no és.

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