Redes que salvan vidas

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Las mujeres, muchas mujeres, han convivido a lo largo de muchas generaciones, yo diría que, durante siglos, acostumbradas a contar con sus iguales, sus pares, sus amigas o familiares para organizarse. Ha sido así desde el origen de las civilizaciones en las que ellas se quedaban trabajando en tareas agrícolas y de crianza, hasta la llegada a las fábricas, y talleres mucho tiempo después con la revolución industrial.

En entornos más agrícolas, como el nuestro, el lugar de encuentro, de refugio, de consuelo y también la vía de escape, fueron los almacenes de fruta, o industrias como la Yutera o Lladró. Espacios en los que el reconocimiento de derechos laborales no caminó al unísono, pero que para muchas generaciones de mujeres supusieron espacios de emancipación, de conocimiento de otras realidades y por qué no, de desarrollo laboral.

Este tipo de organización y trabajo colectivo debemos recordarlo y valorizarlo por más cotidiano que nos parezca. Debemos señalar el éxito de los espacios de apoyo que han ido evolucionando a través de los siglos y siguen presente en entornos laborales y personales.

Las mujeres hemos transformado ese saber antiguo, hemos aprendido que los saberes individuales se tejen en células cuya fortaleza enriquece los espacios formales y permiten un mejor análisis e intervención. Todo esto es sororidad, la evolución de esas redes de capacitación, de transmisión de saberes y de impulso del empoderamiento.

Basada en ese concepto, aprendido también de las redes asociativas, se crea desde la Regidoria d’Igualtat en Rafelbunyol, la Mesa Local contra la Violencia de Género y Machista. Un foro de trabajo permanente en el que confluyen representantes de los centros educativos del municipio, ­los CEIP, el IES, el Centro de formación de personas adultas o los formativos de cualificación básica­, el Centro de Salud, la Oficina de Atención a Víctimas del Delito, la Policía Local, las trabajadoras de Servicios Sociales, Juventud y las de Igualdad. Profesionales pertenecientes a distintas administraciones cuyo objetivo es trabajar específicamente en la detección para la prevención, atención e intervención de todo tipo de violencias contra las mujeres.

La unión de todas las células, su trabajo entretejido, ha conseguido, después de 3 años de implantación, que las víctimas de la violencia de género y machista, sus hijas e hijos, reciban una respuesta unánime y coordinada, evitando las duplicidades y la revictimización y también una intervención rápida y coordinada ante hechos concretos de violencia de género y machista.

Esta red de profesionales, con su trabajo silencioso, está paliando el sufrimiento de mujeres víctimas, de sus hijas e hijos. La red sostiene y les facilita los recursos necesarios para curarse, fortalecerse y vivir.

[ Alicia Piquer | Concejala de Igualdad del ayuntamiento de Rafelbunyol | @aliciapiquer ]

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