La correa trapezoidal: aprende a sustituirla

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Un coche está lleno de elementos y componentes que requieren de una mantenimiento periódico y de sustituciones, a fin de conseguir las mejores condiciones en la conducción y facilitar la prolongación de su vida útil. La correa trapezoidal es una de esas piezas desconocidas en un vehículo y que tiene una labor esencial para su buen funcionamiento. Tiene la función de unir poleas con la capacidad de ajustarse perfectamente al borde exterior de cada polea. Se genera una fricción que se transfiere al movimiento y facilita así el desarrollo de las poleas. Están expuestas a una continua tensión y esto se traduce, con el paso del tiempo, a un continuo desgaste que obliga a realizar un recambio.

El uso del coche provoca el desgaste de las correas, que se estiran y pueden fallar en el encaje. Esto se produce por una pérdida de estabilidad, lo que dificulta su correcta adaptación a las poleas hasta el punto de que ya no son válidas. Otro factor dañino para este componente radica en el prolongado roce que se produce durante su funcionamiento. Las correas están trabajando de forma continua cuando el vehículo está en marcha, por lo que el contacto con las poleas genera, tras varios años, un daño irreparable. El desgaste de otros elementos también puede afectar directamente a las correas trapezoidales. Los daños en las poleas, fruto del uso, que se ejemplifica en una unidad suelta o defectuosa, tiene consecuencias negativas sobre la correa. Los rodillos tensores, piezas que forman parte de la transmisión por correa, también influyen en este proceso y deben formar parte de la unidad de vigilancia.

Estas situaciones provocan un desgaste o rotura de las correas y, en ambos casos, hay que recurrir a una sustitución. No hacerlo tiene efectos nocivos sobre el vehículo que pueden traducirse en un daño mayor, lo que implica una mayor inversión económica y la imposibilidad de usarlo durante un tiempo. La mejor decisión para optimizar las posibilidades y mantener al coche en las mejores condiciones es respetar los intervalos de sustitución que marca el fabricante o hacer revisiones periódicas en el mecánico.

Datos importantes

La identificación de la correa adecuada para un coche es esencial para que todo el proceso funcione correctamente y el motor no se vea afectado por un uso indebido. Algunos materiales mantienen, pese al paso del tiempo, un número de pieza del fabricante, lo que ayuda a encontrar el modelo exacto. Pero el desgaste impide, en ocasiones, ver esta huella y esto implica recurrir a una serie de medidas para detectar cuál es el tipo adecuado.

En ese sentido, la longitud y la anchura son las dos medidas esenciales que se deben comprobar para dar con la tecla en esta sustitución. Por un lado, la longitud de esta pieza se calcula mediante la medición de la circunferencia interna de la correa. El propietario puede utilizar herramientas especializadas en esta labor o utilizar un elemento alternativo como una cinta adhesiva, que se recorta para ser ajustada al tamaño exacto y que, después, se mide para conocer las dimensiones concretas. La clave de esta labor es obtener una muestra exacta de la circunferencia de la correa. Por otro lado, hay que medir la anchura, un dato que se obtiene tras calcular el tamaño de la parte superior de la correa y de la altura.

Pasos a seguir

Una vez tenemos la pieza adecuada, tras medir la longitud y la anchura, se procede a la sustitución de la correa trapezoidal. El primer paso, evidente y que siempre hay que recordar, es apagar el motor, ya que esta tarea no se puede realizar con el coche en funcionamiento. También se pone el freno de mano como medida de seguridad. Después hay que abrir el capó, pues es aquí donde se encuentra la correa, y retirar la cubierta del motor si fuera necesario. El proceso es sencillo y solo hay que seguir las indicaciones y tener paciencia, pues alguno de los pasos puede ofrecer más dificultad.

Antes de quitar la correa vieja, merece la pena aliviar la polea del tensor con una herramienta especializada como una llave inglesa u otra de características similares. Esta acción se realiza para facilitar la retirada y la instalación de la nueva pieza. Una vez se ha rebajado la tensión, se procede a quitar la antigua y a colocar la nueva. Es una sustitución muy evidente y para resolver cualquier duda se puede recurrir al manual de instrucciones obligatorio que viene acompañando al producto. Cuando la nueva correa trapezoidal está instalada, hay que tensar el tensor de la correa, el cual ha sido aliviado anteriormente, hasta alcanzar el punto adecuado. El último paso es la instalación de la cubierta del motor, siempre y cuando ésta hubiera sido retirada previamente.

Fuentes de información:
Cómo sustituir la correa trapezoidal recambioscoche.es
Más información sobre la correa trapezoidal pruebaderuta.com

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