La pandemia deja su huella y propicia un descenso del 15,8% de los divorcios en el año 2020

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El 2020 fue un año para no olvidar. De los quedan en la memoria colectiva y se estudiarán en los libros de historia. Fue el año de la pandemia, de la Covid-19, de las restricciones y los estados de alarma. Tocó parar, estar en casa durante meses y moverse lo justo y necesario. Algo que afectó a todos los niveles. Económicos y vitales. Y eso evidentemente se hace notar en análisis o informes como el que todos los años elabora el Instituto Nacional de Estadística sobre los divorcios, las separaciones y las nulidades matrimoniales.

Los divorcios bajaron en 2020 nada más y nada menos que un 15,8%. De los 91.645 de 2019 se pasó a los 77.200 de 2020. Este fue uno de los aspectos más llamativos, el otro el enésimo aumento de la custodia compartida, que poco a poco le va comiendo el terreno a la custodia monoparental o exclusiva. Si en 2010 tan solo el 10,5% de divorcios con hijos menores se resolvían con una custodia compartida, en 2020 esta cifra alcanza ya el 41,4% de casos. Una tendencia al alza que crece año tras año desde hace más de una década.

Si bien aún está lejos el 58,4% de veces que se otorgó la custodia monoparental o exclusiva en 2020 (54,5% de veces a la madre y 3,9% al padre), este porcentaje se está reduciendo año a año y no es para nada descabellado imaginar un escenario futuro a medio plazo en el que la custodia compartida termine por derrocar la eterna hegemonía del régimen de guarda y custodia exclusivo. Por cerrar estos datos, cabe puntualizar que en el 0,3% de casos la custodia le fue entregada a otras instituciones o familias ajenas a la pareja.

Las comunidades autónomas con mayor número de procedimientos de divorcio fueron Andalucía con 13.992, Cataluña con 13.543 y la Comunidad de Madrid con 10.061. La Comunitat Valenciana ocupó la cuarta plaza con 9.381 casos, mientras que Navarra (1.049), Cantabria (990) y La Rioja (559) fueron las que menos. Todo ello, por supuesto, con el asterisco de Ceuta y Melilla con 170 y 126 procesos respectivamente. 

¿Pero por qué crece tanto la custodia compartida?

Al consultar a especialistas en derecho de familia como Carolina Torremocha es habitual encontrarse con una respuesta común, que suele situar el punto de mira principalmente en un cambio de mentalidad. Y es que de un tiempo a esta parte “los niños ya no son únicamente de la madre, sino que la crianza se comparte prácticamente desde el inicio de la vida del pequeño”, apunta la letrada. 

Es evidente que “los padres quieren formar parte de la vida de los hijos, cosa que en épocas anteriores no ocurría”, a lo que también hay que añadir que “las mujeres quieren desarrollarse profesionalmente y al compartir la crianza de los hijos disponen de tiempo y energía para hacerlo”.

A esta serie de factores hay que añadir uno muy importante: el respaldo normativo y legislativo que hay detrás de esta opción. Y es que en el año 2013 el Tribunal Supremo llegó a considerar la custodia compartida como una opción “preferible” pues garantizaba que el menor compartiera su vida con sus dos progenitores. Algo que desde el Alto Tribunal entendían sumamente ventajoso para su normal desarrollo y educación, siempre y cuando esto sea posible.

El caso de la Comunitat

En el caso concreto de la Comunitat Valenciana, Carolina Torremocha apunta que “se experimentó un incremento importante cuando se aprobó la Ley Valenciana de custodia compartida”, ya que desencadenó un cambio importante a través del cual se establecía la custodia compartida de forma prioritaria “a menos que se probara que era perjudicial para los menores”.

No obstante, este precepto fue derogado hace unos años y se terminó por regresar al sistema anterior, por el cual ha de probarse mediante informes psicosociales que la custodia compartida es la mejor opción para los hijos

En cualquier caso, la letrada valora de forma muy positiva este avance de la custodia compartida y cierra su análisis, ya no solo imaginando un escenario en el que la custodia compartida termine convirtiéndose en el régimen de guarda y custodia más común, sino lanzando una reflexión con la que invita al legislador a regular y unificar criterios al respecto: “Ahora trabajamos con la Jurisprudencia que se va consolidando, pero sigue habiendo muchas diferencias entre las distintas regiones del país”, insiste. 

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