Más que una competición, el acto fue un festival acuático en el que los más pequeños realizaron por equipos pruebas de habilidad del tipo nadar a ciegas, carreras de relevos, sacar piedras de la piscina, nadar con un vaso y una bandeja intentando que no caiga el vaso… Al finalizar, todos los participantes recibieron una medalla y un refresco porque el objetivo del evento no era la competición sino la diversión y el desarrollo de las habilidades acuáticas.
Pepa Burón, gerente de Almasswin, la piscina municipal de Almàssera destacó el compañerismo de los niños y niñas a la hora de realizar los juegos, la ayuda que se prestaban entre ellos para poder alcanzar el objetivo marcado y la satisfacción de los padres ante este modo de actuar de sus hijos.
La piscina municipal de Almàssera pretende organizar cada año una competición de estas características pero invitando ya a más escuelas de municipios limítrofes. Su idea es que cada año participen seis escuelas de natación diferentes.