El arroz es uno de los cereales que más se usan en nuestro país, ya que es rara la casa en la que no se come un plato de arroz al menos una vez por semana, en alguna de las múltiples recetas que existen.
Una primavera lluviosa que ha interferido con los tiempos de la cosecha
Ahora mismo oímos hablar de la sequía todos los días en la mayoría de los medios de comunicación, pero lo cierto es que en la zona de Valencia la primavera fue más lluviosa de lo normal. Por eso, a los agricultores no les quedó más remedio que demorar un poco la plantación, ya que no se puede sembrar el arroz en esas circunstancias, así que la siega ya ha acumulado un retraso.
De hecho, desde la Denominación de Origen Arroz de València hablan de una cosecha tardía, y en los círculos especializados también se comenta que estamos ante un año raro, pero por suerte la producción no se ha visto afectada.
La preocupación por los pesticidas también es culpable de esta tardanza
Aunque pensamos que los agricultores emplean todo tipo de pesticidas, herbicidas, etc., a la hora de cultivar, lo cierto es que en el arroz está prohibido el uso de materias activas, lo que ha ocasionado que la cosecha sea más tardía.
La razón es que con las lluvias que mencionábamos antes las malas hierbas han crecido demasiado, así que los agricultores han tenido que retirarlas de manera manual, a la antigua usanza.
Eso lleva tiempo, ya que no se pueden arrancar todas las hierbas de un campo de arroz en una mañana, y el resultado es que se cosecha más tarde, lo que siempre afectará a la planta e incluso puede distorsionar los mercados, haciendo que el arroz aumente de precio en la distribución si escasea al no haber cosechado de nuevo.
Nadie recuerda un retraso como este
Pese a que parece que la recolección va a ser buena, lo cierto es que ni los más mayores recuerdan un año con una cosecha tan tardía y hay algo de preocupación fruto de no saber cómo se desarrollará esta cosecha.
En la zona levantina, esta época es de tormentas, y jamás había quedado un grano en estas fechas, de forma que se teme que estos aguaceros de última hora rompan la previsión de una buena cosecha, pues esta humedad tardía no le hace bien a un cultivo que nunca se ha recogido entrado el mes de octubre.
Solo queda esperar y acostumbrarse, puesto que parece que el cambio climático ya está aquí, no va a desaparecer, y no será este el último año en que la cosecha se retrase por lluvias excesivas cuando no toca, por sequía o incluso por calor más fuerte de lo normal.
