El belén, que ocupa una superficie de veinte metros cuadrados, “contempla la práctica totalidad de los misterios de la Navidad, desde la Anunciación del ángel Gabriel hasta la vuelta de Nazaret y la enseñanzas de Jesús niño a los doctores de la ley en el templo”, según ha explicado el párroco Juan José Monfort.
Además, “el belén nos sirve para la catequesis, ya que los niños encuentran allí una explicación visual de lo que es la Navidad, siendo un punto de unión entre el colegio y la parroquia, y también sirve para atraer a mucha gente a la parroquia que colabora en su instalación”.
El belén de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles de Albal, cuya instalación se ha prolongado durante dos meses, permanecerá abierto al público hasta el próximo 2 de febrero, ha señalado el párroco.