El Valencia Basket certificó su presencia en el playoff como cabeza de serie tras imponerse por 85-91 al Bàsquet Girona en un partido muy trabajado y de gran esfuerzo coral
Con esta victoria, el equipo taronja se asegura el factor cancha al menos en la primera ronda de cuartos de final de la Liga Endesa, cumpliendo así uno de sus principales objetivos en la recta final del campeonato.
Inicio igualado con protagonismo exterior
El encuentro arrancó con intensidad por parte de ambos equipos. El Girona, sabiendo que su permanencia aún no estaba garantizada, saltó a la pista con energía y se adelantó gracias a Iroegbu y Fjellerup.
Sin embargo, el Valencia reaccionó rápido con un triple y cinco puntos consecutivos de Reuvers, titular junto a Montero, Badio, Ojeleye y Pradilla.
Los taronja encontraron soluciones en el tiro exterior, especialmente desde el 6,75, con aportaciones de Badio, Montero y Reuvers, mientras los locales buscaban equilibrar el marcador desde la pintura. El primer cuarto terminó con ventaja visitante (14-19), gracias también a una destacada labor defensiva que logró minimizar las segundas opciones del conjunto catalán.
Festival de triples antes del descanso
En el segundo cuarto, el conjunto dirigido por Pedro Martínez mantuvo su intensidad, con minutos para toda la plantilla y con una estrategia clara: insistir en el acierto exterior.
De Larrea, López-Arostegui, Jones, Sestina y Badio firmaron un auténtico festival de triples que permitió al Valencia Basket mantener una ligera ventaja pese a los esfuerzos locales, liderados por Juan Fernández, Durham y Busquets.
El Girona dominaba el rebote, pero sufría con un pobre 15% de acierto en triples (2 de 13 al descanso), lo que impidió que pudieran neutralizar la eficacia taronja desde el perímetro. El marcador al descanso reflejaba un ajustado 41-47.
Reacción local tras el descanso y nueva respuesta taronja
Tras el paso por vestuarios, el Bàsquet Girona reaccionó con un parcial de 7-0 que les dio momentáneamente la delantera (48-47).
No obstante, el Valencia Basket respondió con la misma arma que les había funcionado durante todo el partido: el triple.
Montero y Ojeleye rompieron la dinámica negativa con lanzamientos exteriores, y el alero nigeriano, que no había estado fino en la primera mitad, encontró su mejor versión con un triple y una potente entrada que devolvieron la ventaja a los visitantes (54-62).
El Girona no se rindió y volvió a apretar el marcador con un 6-0 liderado por Busquets y Durham, que obligó a Pedro Martínez a pedir tiempo muerto (60-62). Un rebote ofensivo convertido por Montero dejó el marcador en 60-64 al final del tercer cuarto.
Último cuarto decisivo con protagonismo de Badio
En el inicio del último cuarto, Reuvers y Montero volvieron a golpear desde el 6,75, ampliando la ventaja hasta los diez puntos (64-74). Jones y Montero siguieron anotando para mantener la distancia, pero la salida de Reuvers por lesión y el empuje de los locales, con aciertos de Busquets, Geben, Pons e Iroegbu, redujeron la diferencia a un inquietante 80-85 a falta de minuto y medio.
Fue entonces cuando apareció Brancou Badio, que firmó un final estelar: un triple lejano, una entrada imparable y un mate tras una recuperación que devolvieron el control al Valencia Basket.
A pesar de los últimos intentos del Girona, incluidos un triple de Busquets y una rápida canasta de Iroegbu, el conjunto taronja supo gestionar la posesión y cerrar el partido con una bandeja de Montero para el definitivo 85-91.
Brillante esfuerzo colectivo para cerrar la fase regular
Con este triunfo, el Valencia Basket completa una notable fase regular en la que ha vuelto a destacar por su solidez y capacidad de reacción.
Ojeleye, Montero, Reuvers, Jones y un decisivo Badio fueron protagonistas de una victoria que permite al conjunto valenciano encarar el playoff con la confianza reforzada y el factor cancha en el bolsillo.
El equipo dirigido por Pedro Martínez demuestra, una vez más, que sabe competir en los momentos clave y que cuenta con múltiples recursos para resolver partidos complicados, incluso en pistas exigentes como la de Fontajau.
