El menor de 16 años condenado por la brutal paliza a una profesora en un instituto de Xirivella en marzo de 2024, protagonizó este jueves un nuevo episodio violento que culminó con su fuga del centro de menores de Torrent donde cumple la medida judicial.
Junto a él, se escapó también otro adolescente de 15 años, tras agredir a dos educadores y a una menor interna que evitó que se llevaran con ellos a un niño de 12 años. El incidente, que ha generado preocupación entre el personal del centro, ha sido denunciado ante la Policía Nacional.
Los hechos ocurrieron en la noche del jueves 17 de julio, poco después del cambio de turno del personal en la Residencia de Acogida para Niños, Niñas y Adolescentes con Problemas de Conducta Torrent III, en la capital de l’Horta Sud. A esa hora, alrededor de las 22:30, las condiciones de seguridad se reducen considerablemente, ya que sólo permanecen dos trabajadores para vigilar a los veinte menores internos.
Además, esa noche no había presencia de personal de seguridad privada. Fuentes cercanas al caso detallas: “Los menores aprovecharon el momento en que el centro quedaba más desprotegido para ejecutar su plan de fuga”.
Una agresión premeditada
El joven condenado, considerado el instigador del incidente, preparó la fuga de manera premeditada. Según consta en las denuncias interpuestas por los trabajadores agredidos, el menor llamó a un educador con la excusa de que acudiera a su habitación.
Al entrar, el educador fue sorprendido con un puñetazo en la boca que le causó una herida sangrante y lo dejó aturdido. Acto seguido, el menor y su compañero empujaron con violencia a una educadora que intentó intervenir y comenzaron a moverse por el pasillo del centro.
Después, se dirigieron a la habitación de un niño de 12 años, también interno, al que intentaron sacar por la fuerza con la intención de llevárselo con ellos. La intervención del personal del centro impidió finalmente el rapto del menor, y también actuó otra menor interna que se enfrentó directamente a los agresores, llegando a forcejear con el mayor de ellos para impedir que se llevaran al niño.
Amenazas y huida
Frustrado el intento de llevarse al niño de 12 años, los dos adolescentes intentaron salir del centro. Al encontrar la puerta cerrada, amenazaron con una silla a los trabajadores. Estos, ante el riesgo de que la violencia escalara, accedieron a abrir la puerta. Tras la salida de los menores, los dos educadores agredidos fueron sustituidos por otros compañeros enviados por la dirección del centro, ya que debieron acudir a un centro sanitario para recibir atención médica.
Los fugados se dirigieron en primer lugar a Xirivella, a casa del padre de acogida del menor condenado que ejercía de presunto cabecilla. Sin embargo, este se negó a permitirles la entrada ante el temor de que su presencia supusiera un peligro para el hermano pequeño del fugado, y alertó a la Policía Nacional. No obstante, cuando la patrulla llegó al domicilio, los adolescentes ya se habían marchado.
Reintegración al centro tras pasar por casa de la madre
La siguiente parada fue la vivienda de la madre del menor de 15 años, en València. Sin dinero, pidieron dos euros a una joven por la calle para coger un autobús hasta el barrio del menor más joven. La madre les permitió entrar en casa, ducharse y cenar, pero posteriormente avisó al centro para informar de que los dos chicos estaban allí.
Siguiendo las indicaciones de los responsables del internamiento, la mujer acompañó a los adolescentes a una comisaría de la Policía Nacional cercana, donde entregó al mayor de ellos a las 5:45 de la madrugada. Después, se desplazó personalmente hasta el centro de Torrent para devolver al menor de 15 años.
Un perfil violento reincidente
El menor de 16 años fue condenado por un Juzgado de Menores de València a 22 meses de medida judicial por la agresión a una profesora, de los cuales 16 meses debía cumplir en un centro de reforma y seis bajo libertad vigilada. La nueva agresión a los educadores y el intento de secuestro de otro menor podrían suponer una revisión de su situación judicial.
El caso ha generado malestar entre el personal del centro, que ha denunciado en varias ocasiones la falta de medios y seguridad durante los turnos nocturnos. La ausencia de vigilantes y el número reducido de profesionales en horario de noche son señalados como factores de riesgo que facilitan este tipo de situaciones. Las autoridades competentes no han emitido por el momento ninguna declaración oficial sobre el incidente.