Valencia Basket conquistó el primer punto de la final de la Liga Femenina Endesa tras imponerse por 75-65 a Casademont Zaragoza en la Fonteta

Tras el encuentro, Rubén Burgos ofreció una valoración detallada del partido, en el que su equipo alternó fases de dominio con otras de sufrimiento ante un rival que no bajó nunca los brazos.
El técnico taronja puso en valor el esfuerzo colectivo, el empuje de la afición y la necesidad de recuperar bien para afrontar el segundo asalto con garantías.
Un escenario de altura para una final emocionante
Burgos quiso destacar en primer lugar el ambiente vivido en la Fonteta, donde más de 6.500 aficionados taronja empujaron al equipo durante los 40 minutos, y también valoró la presencia y el ánimo de la afición desplazada desde Zaragoza:
“Un partido de final solo puede ser así de vibrante, de igualado y de apasionante para la afición. Hemos disfrutado mucho de ver la Fonteta con este nivel, tanto con nuestra gente respondiendo al máximo como los aficionados que se han desplazado desde Zaragoza y se han hecho notar”.
La comunión con la grada fue clave en varios momentos del encuentro, especialmente cuando Casademont Zaragoza llegó a situarse a solo un punto de distancia en el tramo final.

Dominio defensivo en la primera mitad y falta de acierto para romper el partido
El conjunto taronja firmó una sólida primera parte, controlando el ritmo del partido y anulando a su rival desde la defensa, que fue uno de los pilares del planteamiento de Burgos:
“Nosotras hemos disfrutado por momentos, hemos sufrido por otros. Seguíamos el plan del partido especialmente bien en defensa en los dos primeros cuartos, donde hemos dejado Zaragoza muy por debajo de sus medias anotadoras. Estábamos con confianza, aunque dominando muchos aspectos del juego y no abriendo toda la brecha necesaria que queríamos”.
A pesar de lograr ventajas superiores a los diez puntos y dejar a Zaragoza en solo 24 tantos al descanso, el entrenador reconoció que el equipo no pudo traducir ese dominio en una diferencia más amplia, lo que mantuvo viva la esperanza visitante.

Zaragoza no se rindió y obligó a Valencia a sufrir hasta el final
En la segunda mitad, las jugadoras de Carlos Cantero subieron el nivel ofensivo y pusieron en apuros a Valencia Basket con un juego más fluido y acertado. Rubén Burgos elogió la competitividad del rival:
“Zaragoza es un equipo muy duro y bloque, han vuelto desde el acierto, buenas conexiones y aunque nuestro ataque se ha mantenido al mismo nivel ellas estaban anotando con solvencia. Afortunadamente no han culminado esa remontada y no se han puesto por delante, porque psicológicamente es importante ese factor”.
El técnico se refirió así a los minutos más delicados del partido, cuando el equipo aragonés recortó hasta situarse 66-65 a falta de poco más de dos minutos, después de un parcial de 0-6 y varias decisiones arbitrales polémicas.
Errores puntuales a corregir de cara al segundo encuentro
Burgos no rehuyó la autocrítica. En su análisis, subrayó que algunas situaciones ofensivas mal gestionadas y pérdidas en transición permitieron a Casademont Zaragoza acercarse peligrosamente en el marcador:
“Ha habido momentos donde acierto en situaciones factibles no hemos podido rematar y alguna pérdida en transición que han sabido aprovechar. Nos han hecho daño en anotación tras balones perdidos nuestros en transición ofensiva. Hemos de cuidar eso”.
Estas situaciones, que permitieron canastas fáciles al rival, son uno de los aspectos que el equipo técnico analizará de cara al segundo partido, sabiendo que en una serie al mejor de tres cada detalle cuenta.

Cuidar el físico y afinar los ajustes, claves para Zaragoza
Con apenas unos días de margen entre partidos, Burgos insistió en que la preparación de cara al encuentro del domingo pasa tanto por aspectos tácticos como por recuperar bien al equipo tras un esfuerzo tan exigente:
“Creo que lo más importante es la recuperación física, retocar ajustes y llegar lo mejor posible al domingo”.
Valencia Basket tendrá la primera oportunidad de cerrar la final este domingo en el Príncipe Felipe, aunque el técnico sabe que será un reto mayúsculo, frente a un rival que no ha dicho su última palabra y en un ambiente hostil.
Por ello, tanto los detalles como la capacidad de respuesta mental serán fundamentales en un partido que puede marcar el destino del título.