La abultada victoria del Valencia Basket frente al Dreamland Gran Canaria en el primer partido de los cuartos de final (98-74) no ha relajado un ápice la exigencia de Pedro Martínez

El entrenador taronja, siempre prudente, ofreció un análisis reflexivo tras el encuentro en el que combinó autocrítica, reconocimiento al rival y un mensaje muy claro: el trabajo aún no está hecho.
La contundencia del resultado no ha cambiado la naturaleza de una eliminatoria al mejor de tres partidos que sigue muy abierta.
“Defensivamente hemos estado bastante bien todo el partido. Ha habido un momento en el segundo cuarto en el que hemos estado un poco peor. Pero creo que ha sido más en ataque. Hemos jugado demasiado cinco contra cinco y un poco fuera de nuestro ritmo. Y de eso se han aprovechado”, analizó con franqueza el técnico.
Ese bajón en el ritmo ofensivo permitió a los insulares volver al partido durante el segundo cuarto, antes del despegue taronja tras el descanso.
Para Martínez, el problema no fue tanto de intensidad como de fluidez y elección en el juego posicional, algo que quiere corregir antes del siguiente encuentro.

Un rival de calidad que no ha dicho su última palabra
Pedro Martínez no ahorró elogios hacia el Dreamland Gran Canaria, consciente del potencial del equipo que dirige Jaka Lakovic. El preparador valenciano recordó que, pese al marcador final, los amarillos mostraron tramos de juego muy sólidos y cuentan con piezas capaces de cambiar una eliminatoria.
“Han tenido un momento muy bueno Gran Canaria, que es evidentemente un equipo muy bueno. Tiene jugadores de muchísima calidad”, afirmó. Su respeto hacia el adversario fue más allá, recordando situaciones anteriores en las que confiarse tras una buena victoria ha tenido consecuencias amargas.
“Hay precedentes que son muy claros y que tienen que servir para no dar nada por hecho. Y para continuar con tranquilidad y con movimiento”, expresó con claridad.
Aviso sobre el segundo partido en territorio hostil
El segundo encuentro de la serie se disputará este miércoles en el Gran Canaria Arena, un escenario donde los locales suelen crecerse.
Consciente de que la eliminatoria se puede igualar, Pedro Martínez advirtió sobre la necesidad de mantener un nivel muy alto si se quiere evitar un tercer partido en la Fonteta.
“Nosotros tenemos que recuperarnos y ir a hacer un buen partido en Gran Canaria. Sabiendo que si jugamos muy bien podemos ganar. Y si no jugamos muy bien es muy probable que perdamos y tengamos que jugar un tercer partido”, aseguró.
Este enfoque firme y directo no solo marca la pauta para su plantilla, sino que también busca desactivar cualquier exceso de confianza que pueda haberse generado tras el dominio mostrado en la segunda mitad del primer duelo.
La diferencia, un arma de doble filo
Otro de los aspectos que abordó el técnico fue el propio marcador del primer partido. Con una ventaja que llegó a rozar los 30 puntos, Pedro Martínez fue claro: ese margen puede volverse en contra si relaja la actitud del grupo o alimenta el orgullo herido del rival.
“A nivel de la competición es intrascendente la diferencia. Porque es un 1-0 y da igual. Incluso te diría que se puede volver un poco en contra”, apuntó. Y explicó por qué: “Sobre todo, al principio del partido seguramente saldrán al 200%, picados por la diferencia que en algún momento ha llegado a los 30 puntos”.
Para el entrenador catalán, lo que ocurrió en el tercer cuarto —donde Valencia Basket firmó un parcial de 29-4 que decidió el choque— no debe convertirse en una falsa seguridad: “Ahora mismo creo que le puede servir más a ellos que a nosotros haber dominado tanto el partido en el tercer cuarto y al principio del último”.

Con la mente puesta en el desafío del miércoles
La eliminatoria está encarrilada, pero ni mucho menos decidida. Pedro Martínez ya ha girado la página del primer encuentro y fija su atención en Gran Canaria. Sabe que para sellar el pase a semifinales —algo que el club no consigue desde 2021— hará falta repetir una actuación sólida, inteligente y sin concesiones. Y sobre todo, mantener los pies en el suelo.