La llegada del verano es también el momento perfecto en el que debemos asegurarnos de tener siempre nuestra piscina a punto para que podamos aprovecharla. Pese a que todos conocemos, en mayor o menos medida, las diferentes posibilidades que tenemos a nuestra disposición en materia de mantenimiento, la realidad es que no siempre conocemos todas las opciones que existen en el mercado para asegurar el correcto estado de nuestra piscina.
Uno de los recursos que durante los últimos años ha ido aumentando su protagonismo es, sin duda, las mantas térmicas para piscinas. Se trata de un recurso que nos permite asegurar la temperatura de nuestra piscina y, de este modo, asegurar que cada chapuzón. A continuación te contamos todo lo que tienes que saber.
Qué es una manta térmica para piscina
Las mantas térmicas, también conocidas como coberturas, son un tipo de lona de polipropileno con burbujas que nos ayuda a mantener la temperatura adecuada para cada baño. Utilizando una manta térmica para piscinas, vamos a garantizar la entrada al agua sea más agradable y que el impacto térmico sea mucho menor que cuando no cubrimos la piscina con ellas.
Uno de los elementos clave que debemos tener en cuenta cuando las compramos en la transparencia de la manta en cuestión. Cuando más traslúcida sea la manta, más vamos a conseguir que los rayos del sol penetren a través de ella y se consiga un efecto lupa en su interior que permita aumentar la temperatura del agua entre 3 y 4 grados.
Por lo tanto, la inversión a realizar va a tener un impacto prácticamente inmediato. Desde el mismo día en al que la instalemos, rápidamente vamos a comprobar los beneficios que nos ofrece en nuestro día a día.
Cuáles son sus principales usos
Como ya hemos mencionado previamente, el principal uso que tiene es el de mantener la temperatura del agua para que siempre esté perfecta. Además, no solo la mantiene, sino que en muchos casos también permite incrementarla de manera notable, hasta cuatro grados, por lo que el tipo de manta que escojamos es fundamental para conseguir los mejores resultados.
Más allá de lo descrito, otro de sus usos es el de evitar que nuestra piscina se llene de suciedad cuando no estamos disfrutando de ella. Por ejemplo, cuando salimos unos días de viaje o cuando tenemos previsto no estar en casa durante un fin de semana. Siempre podemos acudir a ella para proteger la calidad del agua y que, de este modo, no tengamos que invertir más de lo necesario en mantenimiento.
Es importante recordar que durante el año es habitual que las hojas, la arena de alrededor o los pequeños palos de los árboles se queden en el agua. Se estima que una manta térmica nos va a ahorrar entre un 35 y un 65% de productos de limpieza.
Por último, conviene conocer que también reducir la posibilidad de evaporación del agua, por lo que también estamos ahorrando al reducir el gasto de agua que requiere nuestra piscina para poder ser mantenida en condiciones óptimas.
Recuerda que las mantas térmicas están pensadas para ser utilizadas durante el verano y durante la época activa de la piscina, pero no durante el invierno, en cuyo caso tendremos que valorar otras opciones dedicadas exclusivamente a ello.