Llega a Sala Russafa ‘Yo soy 451’, una distopía o el reflejo de la sociedad contemporánea

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Al cumplir un año de su estreno, el último espectáculo que crearon juntos María Cárdenas y Xavo Giménez regresa al barrio donde empezó su andadura. ‘Yo soy 451’ inaugura el XV ‘Cicle de Companyies Valencianes’ de Sala Russafa. Del 2 al 5 de octubre podrá verse esta versión escénica de la novela ‘Fahrenheit 451’, una distopia escrita en los años 50 por Ray Bradbury que ha pasado de ser un clásico de la ciencia ficción a un espejo en el que mirarse cada vez con más similitudes.

El espectáculo ha obtenido el galardón a la ‘Mejor interpretación masculina protagonista de teatro’ para Giménez en los Premios AAPV (2025) y el Premio Mejor Espectáculo en la Mostra de Teatre d’Alcoi (2024) para La Teta Calva. Narra la transformación que sufre un bombero encargado de la quema de libros en una sociedad donde el Estado, todopoderoso, ha prohibido la lectura. Con el afán de proporcionar el máximo hedonismo y entretenimiento a sus miembros, la sociedad contribuye y celebra la anulación del espíritu crítico. Pero al ‘limpiar’ la librería de una vecina, cae en las manos de Montag un libro y, accidentalmente, lee una frase. A partir de ese momento, experimentará una curiosidad creciente que le hará ver con otros ojos su mundo.

Cultura clandestina y teatro de proximidad

El proceso creativo del espectáculo coincidió con la última fase de la enfermedad de Cárdenas, por lo que buscaron un formato capaz de adaptarse a un calendario de trabajo flexible, con ensayos que podían verse interrumpidos. “Lo mejor para ese momento de la compañía era crear un monólogo en el que yo pudiera llevar todo el peso de la interpretación y ajustarme a las necesidades, a los tiempos de María. Pero también escogimos reducir a la esencia el montaje para recrear el ambiente clandestino en el que se desarrolla la cultura en la novela original”, explica Giménez en referencia a una puesta en escena presidida por un bidón capaz de transformarse gracias a un inteligente juego de luces y donde arde “un fuego que calienta, pero no quema”.

'La reina pirata'.

Al calor de esa hoguera (como ha ocurrido alrededor de tantas otras), se narra una historia que invita a tomar conciencia de hasta dónde puede llegar el ser humano cuando se anula la capacidad de pensamiento. “En una época en la que estamos saturados de pantallas y la velocidad de la información cada vez es más rápida, optamos por ir a la esencia de la comunicación, del hecho escénico. Decidimos evitar cualquier elemento que pudiera ser una distracción para poner el fondo por encima de la forma. Queríamos que el protagonista pudiera mirar a los ojos al público, captar su atención con el poder de lo que le está contando”, argumenta el dramaturgo e intérprete de ‘Yo soy 451’, para quien la Sala Russafa ofrece la proximidad con los espectadores que buscaban gracias a la disposición de su patio de butacas, a escasos dos metros del escenario.

Un espacio al que Giménez regresa tras haber presentado espectáculos como ‘Penev’ y después de un año de gira en el que el tsunami de noticias, la guerra dialéctica, la polarización política y superficialidad de los valores en las redes sociales ha seguido creciendo, acercando peligrosamente este mundo a la sociedad que describía Bradbury en su distopía. Quizá por ello, dentro de la excelente respuesta de los espectadores y la crítica, la obra conecta con un público inesperado: “hay mucho interés por parte de los jóvenes. Muchos han leído la novela como parte del currículo académico o conectan con la crítica social que hace porque son víctimas del exceso de tecnología, del intento de anular el sentido crítico que ‘Farenheit 451’ lleva al extremo, pero que estamos viendo cada día”, apunta Giménez sobre una propuesta que reivindica el poder transformador de la cultura.

Segunda semana para ‘La reina pirata’

Las propuestas escénicas de la semana se completan con ‘La Reina Pirata’, la nueva propuesta familiar de Arden Producciones, que Sala Russafa acoge hasta al 05 de octubre. Marta Salinas escribe, José Zamit dirige y ambos coprotagonizan esta comedia corsaria, que mira al pasado para hablar del presente, siguiendo el sello de los espectáculos de la compañía valenciana, fundadora y gestora del teatro de Ruzafa.

Ambientada en el siglo XVI, cuenta la historia de un capitán que, abandonado por su tripulación y tras sufrir una tormenta marina, llega a una isla desierta con la única compañía de un misterioso grumete. Juntos, emprenderán la búsqueda del tesoro escondido por una famosa reina de los mares, que desafió a las convenciones sociales de su tiempo para desempeñar con gran fortuna la piratería. Con esas riquezas, el capitán espera cambiar de vida, dejando la navegación para empezar una carrera en el teatro. Pero nada es lo que parece en esta comedia que juega a subvertir los roles, que rompe las ideas preestablecidas y que nace inspirada por dos personajes reales, Grace O’Malley y William Shakespeare.

Guiños a famosos textos del autor inglés, una espectacular escenografía e iluminación, gags visuales y el mensaje de apostar por lo que te haga feliz en la vida en este espectáculo para espectadores a partir de 6 años, con guiños para los adultos y todo el imaginario del rebelde mundo pirata para fascinar los adolescentes.

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