El cuerpo sirve igual que las palabras para contar una historia, para transmitir unos sentimientos. Es lo que demuestra ‘Espantoso’, el espectáculo de la prestigiosa coreógrafa y bailarina Eva Bertomeu. El 26 y 27 de abril podrá verse en Sala Russafa, que adelanta a este fin de semana la celebración del Día Internacional de la Danza (29 de abril), dado que este año cae en martes.
Dentro del XIV Cicle de Companyies Valencianes se enmarca esta propuesta donde Bertomeu repasa en siete escenas sentimientos que quedaron asociados a momentos cruciales de su vida. Empezó como una investigación por su propia biografía emocional, vital y dancística en la que ha tratado de romper los esquemas creativos aprendidos. “La intuición es algo que a veces dejamos aparcado. Cuando nos profesionalizamos, vamos interiorizando mecanismos como la abstracción o el simbolismo a la hora de trasladar las emociones a una coreografía. Pero para este espectáculo quería llegar a algo más profundo, más genuino, a lo que nace de forma instintiva”, explica la creadora sobre la recuperación de movimientos espontáneos, que la caracterizaban antes de acercarse de manera académica a la danza.

De alguna manera, en la pieza está presente la pequeña Eva que bailaba cuando todavía no había empezado a formarse ni a desarrollar una carrera que hoy incluye más de 30 espectáculos y numerosos reconocimientos en certámenes coreográficos nacionales, así como en los Premis de les Arts Escèniques de la GVA.
Estos movimientos primarios se muestran pasados por el tamiz de la experiencia y sin perder de vista la potencia estética, de manera que puedan ser disfrutados independientemente de si se capta la vivencia que desean trasmitir. “Yo misma, muchas veces decido no leer el programa de mano de un espectáculo antes de verlo porque me quiero dejar sorprender. Quienes vengan a la Sala Russafa, dispondrán de la información sobre la temática que explora esta propuesta, sobre las emociones que la recorren. Pero, si prefieren centrarse únicamente en lo que les llegue desde el escenario, se van a encontrar con un trabajo coreográfico, de iluminación y espacio escénico que pensamos que es muy sugerente”, comenta Bertomeu.
Consciente del reto que supone para el público conectar con el lenguaje del baile, incluso para espectadores habituales de artes escénicas, ha abordado esta pieza como un viaje interior en el que no quería perderse, en el que aspira a trasmitir a los espectadores una evolución como intérprete y creadora, además de emocionar. Por eso ha contado con la mirada externa de tres figuras de la danza. De las generaciones más veteranas son Toni Aparisi, quien llegó a ser su profesor y ha sido compañero incluso de escenario; así como Christine Cloux, a la que le une tanto la profesión como la amistad. Se suma Pau Arán, una década más joven que Bertomeu, con una exitosa proyección internacional y un código escénico con el que conecta. “Cada vez soy más fan de contrastar mis creaciones con la percepción de otros coreógrafos y bailarines a quienes admiro. Trabajar el formato de ‘solo’ implica que te enfrentes en soledad a la hora de coreografiar, de interpretar… y van surgiendo dudas para las que cada día tienes una respuesta diferente. Ver cómo ha sido su experiencia como espectadores y conocer sus opiniones como creadores es muy enriquecedor”, comenta la bailarina y coreógrafa.
Novedades para el paso del espectáculo por Sala Russafa

Para las funciones previstas en Sala Russafa este fin de semana, se han incorporado algunas novedades al espectáculo, sutiles cambios en algunos pasajes y la modificación sustancial de uno de ellos para acomodarlo al espacio de representación. Además, hay una diferencia respecto a las músicas que acompañan la pieza. “En su momento, para la penúltima escena dudaba entre usar una de las Variaciones Goldberg de Bach o una composición que tiene un peso emocional importante para mí. En el estreno, me quedé con Bach. Pero ahora he reunido la valentía para utilizar Peer Gynt, un fragmento de la primera pieza musical con la que improvisé un baile mientras sonaba el vinilo que me acababa de dar mi padre”, comenta la bailarina en una muestra del carácter íntimo, vital y sentimental de esta propuesta que se une a las celebraciones del Día Internacional de la Danza.
Sobre este tema, Bertomeu aplaude la efervescencia creativa, interpretativa y formativa que hay en Valencia. Aunque también aprovecha la onomástica para reivindicar la necesidad de establecer mecanismos de acompañamiento a los profesionales. “Existen fórmulas para apoyar a los jóvenes talentos y eso es maravilloso. Pero parecen olvidarse de quienes quieren construir y mantener una trayectoria en el mundo de la danza. Precisamente cuando los creadores y los intérpretes han alcanzado su madurez artística, cuando han definido su carácter propio, dejan de tener visibilidad, les resulta más difícil acceder a las programaciones. Y todo esto es aún más complejo si se mueven en la producción independiente”, lamenta la bailarina y coreógrafa, animando a las instituciones no solo a estimular a las jóvenes promesas, también a crear las condiciones para la evolución y consolidación de los profesionales.
Con casi 25 años de carrera y convertida en un referente dentro de la danza valenciana, Bertomeu demuestra en el espectáculo que este fin de semana programa Sala Russafa su singularidad y valentía creativa, que no teme dar un paso más allá, evolucionando como coreógrafa e intérprete, compartiendo con el público el resultado de una exploración interna en la que ha descubierto el movimiento, el baile y las emociones que la habitan.
Para disfrutar de este y otros tres espectáculos, Sala Russafa ha creado un abono para el último trimestre de temporada. Por 48€ permite ver ‘Espantoso’ así como los estrenos absolutos ‘Afectuosamente suyo, Jack el Destripador’, de Yapadú Producciones (del 1 al 11 de mayo) y ‘Rogles de cançons i misèries’, de Cactus Teatre (del 15 al 18 de mayo). También ‘Valparaíso’, pieza de Dacsa y La Penúltima Teatre (del 29 de mayo al 1 de junio) que cierra la programación regular, antes del arranque del XIV Festival de Talleres de Teatro Clásico.