En situaciones extremas, cuando se ponen a prueba los mecanismos estatales y la colaboración ciudadana, las empresas no deben quedarse atrás. Ha quedado claro que, ante los gravísimos efectos de la Dana en la Comunidad Valenciana, donde se quedaron decenas de edificios sin luz, instalaciones anegadas y vecinos aislados en sus viviendas, pocas empresas han estado a la altura de las circunstancias.
La evaluación eficaz y rápida para una acción inmediata
El temporal causó daños significativos en comunidades de vecinos, afectando sobre todo a los sistemas de elevación. Para demostrar su sólida actitud de colaboración, Fain activó su protocolo de emergencia desde el primer instante. De este modo, se logró identificar los ascensores que se habían quedado fuera de servicio para desplegar de inmediato los técnicos necesarios hacia las zonas más dañadas y trabajar para solucionar los casos más complicados de manera ágil, rápida y eficaz.
Aquellas inundaciones dejaron a más de un centenar de equipos completamente inutilizados, muchos de ellos con daños en los fosos y, por lo tanto, cubiertos de agua. Ante esta situación, la empresa reorganizó sus recursos para atender en primer lugar a los edificios con personas mayores, usuarios dependientes o familias sin alternativa de movilidad.
Los propios vecinos agradecen esta respuesta casi inmediata, profesional y humana. Los técnicos que accedían a estos edificios, además de reparar las máquinas también supieron tranquilizar a los que se habían quedado atrapados en sus viviendas.
El mantenimiento de los ascensores como garantía de bienestar
Si algo ha demostrado este episodio es que el mantenimiento de ascensores ofrecido por FAIN no es una cuestión secundaria. No se trata solo de revisar cables o motores, sino de asegurar que cada trayecto en vertical, ya sea en un bajo o en un décimo piso, sea seguro, fiable y constante.
FAIN lo entiende así. Por eso, su enfoque del mantenimiento es integral, es decir, incluye vigilancia preventiva, sustitución urgente de piezas clave, y una sensibilidad especial hacia los entornos vulnerables. Ante las adversidades climáticas, el buen mantenimiento marca la diferencia entre una comunidad paralizada o una que sigue funcionando.
Y, en este sentido, los equipos de la empresa no solo reparan, sino que también educan, explicando a las comunidades cómo prevenir daños futuros, cómo actuar ante emergencias y cuándo solicitar asistencia técnica. Una relación que va más allá de lo técnico y se convierte en auténtica cercanía y camaradería.
Tecnología al servicio de las personas
La capacidad de respuesta ante una emergencia depende de la voluntad de actuación de la ciudadanía y de los equipos profesionales, pero también de la tecnología. FAIN ha demostrado estar preparada en ambos frentes. Gracias a un sistema inteligente de gestión de incidencias, la empresa puede detectar una avería, localizar al técnico más cercano y movilizar una unidad móvil en minutos.
En casos urgentes, como usuarios atrapados o fosos anegados, los tiempos de actuación han sido ejemplares. La coordinación con cuerpos de emergencias y comunidades ha permitido intervenciones rápidas, seguras y bien organizadas.
Además, los clientes han recibido en todo momento información transparente sobre el estado de su ascensor, los plazos previstos para la reparación y, lo que es más importante, la tranquilidad de estar siendo atendidos por un equipo que sabe lo que hace.
Un compromiso que va más allá del servicio técnico
Más allá de la reparación inmediata, FAIN ha mostrado una actitud solidaria y proactiva. Ha trabajado junto a comunidades de vecinos, administradores y responsables locales para ejecutar limpiezas en zonas afectadas, evaluar daños estructurales y dar soluciones a largo plazo.
Pero también ha lanzado el mensaje de reconocer la importancia de estar preparados. Por eso ha comenzado a impulsar campañas de información para fomentar la cultura del mantenimiento preventivo, del buen uso de los ascensores y de la planificación ante eventos meteorológicos extremos, que desgraciadamente serán cada vez más frecuentes.
FAIN no solo arregla ascensores, sino que contribuye a que la vida de las personas pueda continuar, incluso en los momentos más complicados.
Una empresa que responde cuando más se la necesita
Lo sucedido tras la DANA ha sido una prueba de fuego para muchas compañías, pero también una oportunidad para demostrar valores. FAIN ha respondido como lo hacen las empresas comprometidas, con rapidez, profesionalidad y sensibilidad. Ha estado al lado de los vecinos que más lo necesitaban, ha priorizado la seguridad por encima de todo y ha defendido su vocación de servicio con hechos, no solo con palabras.
En tiempos de dificultad, el verdadero compromiso no se mide por las promesas, sino por la capacidad de actuar. Y eso, en el caso de FAIN, ha quedado más que demostrado.