El MuBAV dedica una nueva sala al Renacimiento europeo

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El Museo de Bellas Artes de València (MuBAV) presentó la nueva instalación museográfica de la sala de la colección permanente dedicada al Renacimiento europeo con la que continúa con la remodelación de su colección permanente.

Durante el acto de presentación, la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar, indicó que la Generalitat, una vez más, apuesta “por la excelencia en los fondos públicos del Museo de Bellas Artes para enriquecer el patrimonio cultural valenciano”. Asimismo, Tébar remarcó que el Bellas Artes “crece en calidad y consolida la importancia de su colección estable”.

Por su parte, el director del Museo de Bellas Artes de València, Pablo González Tornel, afirmó que, con la apertura de esta nueva sala, “se eleva el nivel científico y la proyección internacional del centro al incorporar obras que ejemplifican los ideales renacentistas del mundo flamenco e italiano” y ha señalado que “el diálogo con lo foráneo permite aquilatar lo local en toda su dimensión”.

Sala Renacimiento. (Foto-Miguel Lorenzo).

La nueva sala, situada en la planta baja del Museo, está conformada por dieciséis pinturas, que muestran una selección del panorama pictórico europeo producido en torno a 1500, con obras procedentes tanto del Norte de Europa, con sus característicos estilemas flamencos, como del Sur, dominado por los ideales renacentistas italianos.

Son obras que abarcan las primeras décadas del siglo XVI, sobre soporte de madera o traspasadas a lienzo en época moderna, de artistas de renombre internacional como El Bosco, Pinturicchio, Antoniazzo Romano o Vrancke van der Stockt, con piezas que forman parte de la colección permanente del Museo desde sus inicios.

Entre las nuevas incorporaciones figuran tres de las últimas adquisiciones de la Generalitat para el Museo de Bellas Artes, como es el caso del ‘Ecce Homo’ del pintor Giovanni Antonio Bazzi ‘Il Sodoma’, uno de los principales representantes de la escuela de Siena, obra que fue adquirida en subasta el pasado mes de mayo, o una tabla con ‘Cristo Varón de Dolores’ del círculo del flamenco Albrecht Bouts, adquirida en 2024.

Ambas obras han sido intervenidas y acondicionadas por el Departamento de Restauración del Museo de Bellas Artes de València antes de su incorporación por primera vez a sala.

A ellas se une la ‘Virgen con el Niño Jesús’ del Maestro de los modelos de Pieter Coecke, activo en Amberes durante la primera mitad del siglo XVI, procedente de una colección particular valenciana, que fue adquirida en subasta por la Generalitat en 2023.

Asimismo, en la nueva sala se exhibe también el retrato del poeta griego ‘Michele Marullo Tarcaniota’, pintado por Botticelli hacia 1490 y que el Museo de Bellas Artes exhibe en préstamo de la familia Guardans Cambó.

Renacimiento del Norte y del Sur

En torno a 1500 coexistieron en Europa dos maneras modernas de entender las artes figurativas que habían supuesto una verdadera revolución en sus respectivos ámbitos geográficos.

Nueva sala Renacimiento del espacio museístico. (Foto-Miguel Lorenzo).

Por una parte, el ‘ars nova’ surgida en los estados del riquísimo Ducado de Borgoña había consolidado el realismo extremo de sus pintores gracias a la destreza en el empleo del óleo de artistas como Jan van Eyck o Rogier van der Weyden.

Por otra, en la península itálica se había verificado una verdadera ‘renovatio’ de los ideales de la Antigüedad que había revolucionado las artes figurativas con el ideal del Renacimiento de Roma.

Ambas opciones coexistieron, y en las principales ciudades del arco mediterráneo, como Nápoles, Florencia o València, pintores del norte y del sur satisficieron a clientes con gustos muy diversos.

Con el paso de los años, el alto Renacimiento, aquilatado en Roma por Rafael, Miguel Ángel y Leonardo, y luego desarrollado en Venecia y Florencia durante todo el siglo XVI, se convirtió en la estética dominante, pero durante mucho tiempo Norte y Sur, Flandes e Italia, coexistieron para fabricar la imagen de la Europa de la Edad Moderna.

València, como había sucedido en el siglo anterior, se convirtió en un cruce de caminos en el que las obras del flamenquizante Bartolomé Bermejo coexistieron con las del italiano Paolo de San Leocadio o con la importación de piezas de Antoniazzo Romano.

A estas tierras llegó la obra del pintor del papa Alejandro VI, Pinturicchio, para traer las últimas novedades de la pintura italiana. Pero también recaló en València la obra bizarra del nórdico Jheronimus van Aken, El Bosco, de la mano de la cultísima Mencía de Mendoza.

Al igual que la Europa del siglo XVI, el Museo de Bellas Artes de València, a través de estos y otros pintores del Norte y el Sur, da cuenta del caleidoscópico panorama pictórico de las primeras décadas del siglo XVI.

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