Compromís per Paterna reclama diálogo para fijar unos niveles sonoros superiores a los 70 decibelios aprobados

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Compromís per Paterna ha criticado la decisión del equipo de Gobierno de aprobar por decreto un límite de 70 decibelios para las sedes festeras del municipio sin contar con un estudio técnico previo ni con la opinión del vecindario y las asociaciones.

La formación ha calificado la medida como “una nueva muestra de improvisación” y advierte que generará confusión y conflicto entre el mundo festero y los residentes.

El concejal de Compromís per Paterna, Carles Martí, ha lamentado que “se vuelve a gobernar de espaldas al pueblo, imponiendo por decreto medidas que nadie ha pedido y que solo generan indefensión, tanto en el mundo festero como en el vecindario. 70 decibelios es un límite tan bajo que ni siquiera permite una conversación normal; cinco personas hablando ya lo superan, de forma que es completamente irreal e inasumible para las asociaciones”.

Martí ha señalado que “no se puede gobernar a base de ocurrencias y decretos improvisados. Lo que hace falta es un proceso limpio, transparente y participativo, con estudios técnicos serios y con la implicación de todas las partes afectadas: asociaciones culturales, festeras y vecinales”.

En este sentido, Martí ha explicado que “primero se impusieron limitadores acústicos sin una ordenanza local que lo regulara; después, ante la protesta de las asociaciones, Sagredo prometió una subvención de 500 euros para cubrir el coste de los limitadores -que a día de hoy nadie sabe cuáles son ni cómo deben instalarse-; y ahora, para rematarlo, aprueba por decreto unos niveles sonoros que contradicen la normativa municipal y autonómica”.

El edil ha añadido que “el resultado es el peor posible: ni el vecindario sabe qué hacer, ni las asociaciones saben a qué normativa acogerse. Esta manera de gobernar solo genera malestar y confusión”.

Por ello, Compromís per Paterna propone abrir “un proceso de trabajo y participación ciudadana para establecer las bases de una convivencia equilibrada y respetuosa”.

Según Martí, “la solución es hablar, escuchar y consensuar. Solo así se podrá redactar una ordenanza de convivencia que cuente con el apoyo de toda la sociedad paternera y que sea realista y aplicable”.

El concejal ha concluido que “no es normal fijar por decreto unos niveles sonoros imposibles de cumplir. Si queremos evitar conflictos entre el mundo festero y el vecindario, tenemos que hacerlo desde el diálogo y el sentido común, no desde la imposición”.

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