Desde siempre hacerse un tatuaje ha estado relacionado con el dolor. Aunque para muchas personas esta incomodidad forma parte de la experiencia, otras han evitado tatuarse por temor al sufrimiento.
Eso ha permitido democratizar las ventajas de un servicio que está ayudando a cientos de personas a suprimir o manejar el dolor de su lista de preocupaciones. Así, una visita a un estudio de tatuajes o la ejecución de un nuevo tattoo en una zona sensible ya no tiene que generar miedo ni ansiedad, dado que no se va a sentir dolor ni molestias durante el procedimiento.
Consejos para manejar el dolor durante una sesión de tatuajes
Hacerse un tatuaje es una experiencia única, pero también puede ser dolorosa, especialmente si es tu primera vez o si se trata de una zona sensible del cuerpo. Aunque el nivel de dolor varía de una persona a otra, existen formas de reducir las molestias y hacer que la sesión sea más llevadera.
“El descanso es fundamental”, comentan los especialistas. “Dormir bien las suficientes horas por la noche ayuda a que el cuerpo regenere sus células, a mitigar el cansancio, a mantener la concentración y a racionalizar las situaciones de estrés”, subrayan. Sin esta base, es muy difícil poder acudir al estudio en condiciones óptimas, por lo que debe ser una prioridad poder dormir bien.
La alimentación es otro de los pilares fundamentales. “Una comida equilibrada, con la correspondiente ración de proteínas y carbohidratos, aplacará el cansancio, proporcionará la suficiente energía para las próximas horas y fomentará el mantenimiento del equilibrio del cuerpo a todos los niveles”, señalan. Es conveniente evitar el consumo de alcohol y bebidas con cafeína, que pueden aumentar en algunos casos la sensibilidad al dolor.
En cuanto a medidas que puede adoptar uno mismo para sobrellevar la experiencia y hacer un manejo más óptimo del dolor, los ejercicios de respiración son importantes. “Una respiración profunda, constante y controlada ayuda a mejorar la incomodidad, reduce la tensión y fomenta la relajación muscular, por lo que siempre es recomendable tenerlo en cuenta.
Además, el hecho de poder hablar con el tatuador y plantear todas las preguntas que surjan antes del proceso puede ayudar a ganar confianza y a hacer un manejo del dolor más racional, evitando caer en pánico y en altos niveles de estrés.
“Aunque útiles, estos consejos sólo ayudan a controlar el dolor, pero no es necesario pasar por esto si se recurre a la anestesia para tatuajes, ya que impide sentir molestia alguna durante la sesión y no debe existir preocupación alguna por el dolor”, apuntan los expertos.
Siendo que la anestesia para tatuajes es el mejor remedio para decir adiós al dolor, y que ayuda a que un tatuaje se haga en menos tiempo y con mayor calidad al no existir tensiones musculares, recurrir a Sedalux, los pioneros en servicios anestésicos para tatuajes, es la mejor forma de tener la seguridad de una experiencia 100% libre de molestias.
Beneficios del uso de anestesia en tatuajes
El uso de anestesia para tatuajes no sólo reduce el dolor: también consigue ofrecer ventajas que mejoran la experiencia de quienes se tatúan, además de optimizar el tiempo de trabajo del tatuador.
“El beneficio más evidente de estas soluciones es la supresión del dolor”, comentan desde Sedalux. “Los tatuajes se realizan con agujas que perforan la piel de forma repetitiva, algo que puede resultar muy molesto en zonas del cuerpo con la piel más fina y sensible como las costillas, el cuello, las manos, el rostro, las ingles o las axilas.
Esa ventaja hace que, al no sentir dolor, la persona pueda permanecer más tiempo inmóvil en la sesión sin necesidad de hacer pausas constantes, algo muy útil en tatuajes de gran tamaño, con muchos detalles o en zonas especialmente sensibles. En lugar de dividir el trabajo en varias sesiones cortas, es posible completarlo en una sola jornada.
“El dolor y la irritación de la piel suelen estar acompañados por inflamación. Al bloquear la señal del dolor con la anestesia, también se reduce la respuesta inflamatoria del cuerpo, lo que favorece una recuperación más rápida y disminuye las molestias posteriores al tatuaje”, señalan.
Pero no sólo hay que poner el foco en el propio dolor: también en la ansiedad que genera. “Muchas personas sienten ansiedad antes de tatuarse, sobre todo si ya han tenido experiencias dolorosas previas, y ello puede magnificar el dolor que se percibe”, apuntan. “Saber que el procedimiento se hará sin dolor reduce significativamente el estrés global, reduciendo el impacto emocional y manteniendo una actitud más estable durante todo el procedimiento, reduciendo el malestar y la tensión general; y todo ello se traslada a la piel”, sentencian.