El conjunto taronja se agarra al Roig Arena para firmar una victoria trabajada y emocional, cimentada en el rebote ofensivo, la presión final y el cambio defensivo del último cuarto.

Un partido más duro de lo esperado
Valencia Basket sufrió más de lo previsto ante el Dubai Basketball, un rival incómodo y atrevido que durante muchos minutos logró romper el ritmo habitual de los hombres de Pedro Martínez. Con una primera parte errática y plagada de pérdidas (hasta 10 en los dos primeros cuartos), el conjunto valenciano fue a remolque, sorprendido por la agresividad defensiva del cuadro emiratí y su acierto desde el perímetro.
El marcador al descanso reflejaba la tensión (38-42) y un equipo taronja desconectado por momentos, sin continuidad en el tiro ni en la circulación de balón. Solo el trabajo de los interiores en el rebote ofensivo mantenía a Valencia Basket dentro del partido.

El giro táctico de Pedro Martínez
La historia cambió en el último cuarto. El técnico catalán movió el banquillo, subió líneas y ordenó una defensa presionante que alteró por completo la fluidez ofensiva de Dubai. Las pérdidas del rival aumentaron justo cuando más apretaba el Roig Arena, con la grada empujando cada balón dividido.
Pedro Martínez lo resumió luego en rueda de prensa: “Hemos presionado muy bien y les hemos provocado pérdidas. Creo que ha sido decisivo. Hemos tenido un cambio de ritmo defensivo que nos ha ido muy bien”.
Con esa intensidad, Valencia Basket firmó un parcial que volteó el encuentro y permitió a los taronja tomar aire en los minutos finales.

Datos que explican la victoria
El acta refleja la clave estadística: Valencia Basket capturó 14 rebotes ofensivos, frente a solo 8 del conjunto visitante. Ese dominio bajo el aro dio segundas oportunidades constantes que, pese al irregular acierto exterior (solo 7 triples convertidos), sostuvieron la anotación local.
Además, la defensa taronja forzó 15 pérdidas del Dubai, muchas de ellas en el tramo decisivo. El ritmo de partido se aceleró, y ahí apareció la profundidad del banquillo valenciano, con varios jugadores aportando energía y puntos desde la segunda unidad.
El porcentaje de tiro de dos en el último cuarto superó el 60%, mientras que Dubai cayó por debajo del 40%. En un duelo tan igualado, esa eficacia en el cierre marcó la diferencia.

El factor Roig Arena
Pedro Martínez lo dejó entrever: “En los tres primeros cuartos hemos notado cierto frío, y en el último sí que se ha sentido el calor de la grada”. El Roig Arena, con más de 12.000 aficionados, fue un jugador más. La comunión final entre equipo y público recordó a las mejores noches europeas, cuando el esfuerzo defensivo contagia y multiplica.
Un triunfo que vale más que una victoria
El 80-78 final no solo suma en la clasificación, también fortalece la confianza de un grupo que supo sufrir, corregir y ganar desde la defensa. La llegada de Braxton Key, que debutó con minutos de calidad y rebotes importantes, añade físico y versatilidad a una plantilla que crece partido a partido.
En un calendario apretado, Valencia Basket necesitaba una noche así: con alma, con oficio y con el empuje de su gente.
La victoria ante Dubai no fue brillante, pero sí profundamente taronja: carácter, defensa y fe hasta el final.






















