La Final de la Liga Endesa arrancó con una declaración de poder del Real Madrid. En el primer asalto disputado en el WiZink Center, el conjunto blanco se impuso al Valencia Basket por 89-75
Más allá del marcador, los datos revelan un dominio sostenido por la profundidad de plantilla, la superioridad física en zonas interiores y un enfoque coral frente a la irregularidad y el desorden estructural del equipo taronja.
1. La eficiencia como separador: Madrid acierta donde Valencia se precipita
Uno de los indicadores más claros de la diferencia entre ambos equipos fue la eficacia en el tiro de campo:
Real Madrid:
Tiros de 2: 25/42 (59.5%)
Tiros de 3: 10/33 (30.3%)
Tiros libres: 9/12 (75%)
Valencia Basket:
Tiros de 2: 21/46 (45.6%)
Tiros de 3: 11/36 (30.5%)
Tiros libres: 9/10 (90%)
El Real Madrid supo seleccionar mejor sus tiros, especialmente en la pintura, donde Tavares (7/11), Musa (3/4) y Campazzo (1/2 + 4/4 en tiros libres) impusieron su ley. Valencia, en cambio, abusó del triple sin equilibrio interior: Montero (1/5), Pradilla (1/7), Costello (2/6) y Reuvers (1/3) lanzaron con bajo acierto. Solo Badio (3/7) mantuvo una amenaza real desde el exterior.
2. Distribución del juego: el Madrid juega en equipo, Valencia se atasca
El juego coral del Real Madrid quedó evidenciado en su producción asistencial:
Asistencias:
Real Madrid: 29
Valencia: 20
Feliz (5 asistencias), Garuba (4), Fernando (5) y Musa (3) lideraron un ecosistema de pases y cortes dinámicos. En Valencia, el balón fluyó por momentos, pero las pérdidas (13) y la falta de sincronía limitaron el impacto colectivo. Jones (5 pérdidas) y Montero (3 pérdidas) fueron síntomas de un equipo que en los momentos críticos apostó por la solución individual, como reconoció Pedro Martínez en rueda de prensa.
3. Impacto físico y reboteador: el Madrid domina la zona
Rebotes totales:
Real Madrid: 44 (14 ofensivos)
Valencia: 37 (13 ofensivos)
El Real Madrid capitalizó en ambos aros gracias a la profundidad de su rotación interior. Bruno Fernando (7 rebotes en 15 min), Garuba (5), Musa (5), Tavares (2) y Ndiaye (6) ofrecieron una batería de respuestas físicas que Valencia no pudo igualar.
En el lado taronja, Pradilla (8 rebotes) fue el único en sostener con cierto rigor el rebote defensivo. Soriano (4) y Sestina (1) no lograron frenar a los pívots blancos ni generar ventajas en segunda oportunidad.
La valoración del Real Madrid fue mucho más distribuida y profunda:
Top valoraciones RM:
Andrés Feliz (22): 18 pts, 5 ast, 6 reb
Edy Tavares (15): 14 pts, 7/11 en T2
Campazzo y Musa (13 cada uno)
Bruno Fernando y Garuba (12)
Top valoraciones Valencia:
Badio (15): 20 pts, gran tercer cuarto
López-Arostegui (12): 7 pts, 4 reb
Pradilla y Costello (7 cada uno)
Mientras hasta 6 jugadores del Real Madrid superaron los 10 de valoración, solo Badio destacó de forma clara en Valencia. La sensación fue que cada jugador blanco supo cuál era su rol, mientras que los taronja dependieron del empuje individual, sin estructura sólida.
5. El último cuarto como espejo del problema
El partido llegó al final del tercer cuarto con un esperanzador 64-60. Pero el parcial de 20-4 al inicio del último cuarto evidencia una doble lectura:
Valencia no tuvo recursos tácticos ni equilibrio mental para responder.
El Real Madrid rotó mejor, conservó piernas y ejecutó con disciplina.
La irrupción de Bruno Fernando, los triples de Feliz, la dirección de Llull y la continuidad de Musa definieron un parcial letal que cerró cualquier intento de remontada.
6. Proyección táctica: ajustes urgentes para Valencia
Para tener opciones reales en la final, Valencia debe actuar en varios frentes:
Orden ofensivo: reducir la verticalidad aislada de Jones y Montero. Se necesita más juego sin balón y mejor spacing.
Ritmo defensivo: el equipo se diluye en defensa cuando no anota. Esto es crítico porque el contraataque blanco fue más eficaz que el taronja, a pesar de que Valencia lideró la ACB en ese apartado en fase regular.
Minutos para los efectivos más productivos: Costello y López-Arostegui deben tener más peso. Ambos fueron de lo mejor en los minutos que jugaron.
Relevancia interior: sin una alternativa real a Tavares, el rebote y la defensa del aro serán puntos débiles si no se protege mejor la zona.
7. Predicción basada en datos: ¿puede igualarse la serie?
Si el Real Madrid mantiene su equilibrio y el impacto físico de su rotación larga, las probabilidades estadísticas de victoria en el segundo partido rondan el 70%. Sin embargo, Valencia Basket ya ha demostrado capacidad de reacción esta temporada, sobre todo tras derrotas duras.
La clave estará en:
Recuperar a Jean Montero y Chris Jones.
Contener a Feliz y Campazzo desde la primera línea.
Cambiar el guion mental del último cuarto, jugando con cabeza y no con ansiedad.
Conclusión
El Real Madrid se llevó el primer punto con autoridad táctica y física. Valencia no estuvo lejos en tramos importantes, pero necesita transformar datos en acciones concretas, ajustar su defensa interior, recuperar la confianza en su dirección de juego y reencontrar el carácter colectivo que lo trajo hasta aquí. El segundo partido será una prueba de madurez: si Valencia compite desde la estructura, no desde la heroicidad, podrá devolver la serie a La Fonteta con vida.
