Un total de 54 menores ucranianos han emprendido un viaje desde su país devastado por la guerra hacia València, donde pasarán el verano "en paz" gracias a una iniciativa de la Fundación Juntos por la Vida. El objetivo es ofrecerles un respiro de la difícil situación que se vive en Ucrania.
"Los ataques a la población civil ucraniana se han intensificado; la situación por la guerra cada vez es peor después de tres años, la gente está harta y necesitan ya la paz", ha relatado desde Ucrania Clara Arnal, presidenta de la Fundación Juntos por la Vida. Arnal, junto a otros voluntarios, se encuentra en el país distribuyendo ayuda humanitaria y organizando programas para los niños. "Sigue haciendo falta ayuda humanitaria y sacar a los niños de aquí para que puedan respirar un poco lejos del horror de las noches y los días de la guerra", añadió.
El autobús con los 54 menores partió este miércoles desde la localidad ucraniana de Ivankiv y tiene previsto llegar a València este sábado, 21 de junio. Los niños serán acogidos por familias valencianas, quienes buscarán alejarlos de la realidad bélica.
La ONG alerta de que, aunque este grupo pueda desplazarse a España, muchos otros menores permanecen en Ucrania, especialmente en aldeas cercanas a Chernóbil, donde viven en condiciones de alta vulnerabilidad y con una economía de subsistencia. Para ellos, Juntos por la Vida está organizando campamentos de verano en Ucrania, con comidas, juegos y diversas actividades. "No pueden ir a España, pero pueden tener momentos de risas y diversión, que es lo que necesitan", afirmó Arnal.
La Fundación Juntos por la Vida gestiona un centro en Ivankiv, un municipio de unos 10.500 habitantes al noroeste de Kiev, que ofrece a los niños de la zona un espacio para jugar y realizar actividades lúdicas como opción extraescolar. Esta labor es crucial, ya que "muchos de ellos no pueden ir a la escuela por la falta de refugios en esta zona".
La Fundación lleva 30 años organizando estos programas de acogida, una labor que, según su presidenta, "ahora más que nunca sigue siendo necesaria". Clara Arnal despidió a los menores junto al equipo de voluntarios ucranianos y españoles, marcando el inicio de un verano de esperanza lejos del conflicto.