Vestir prendas ligeras y consumir bebidas frías, recomendaciones para combatir la ola de calor

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El incremento de las temperaturas y el aumento de las horas de luz durante la temporada estival son dos factores estacionales que dan lugar a problemas relacionados con el sueño.Trastornos que se manifiestan en mayor medida en las personas mayores de 65 años.

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Los mecanismos encargados de regular la temperatura corporal son menos eficaces con la edad por lo que, en verano, son los mayores los que sufren trastornos del sueño en mayor medida. Además, si estos trastornos no se corrigen o palian con las medidas adecuadas, pueden derivar en otros problemas leves, como irritabilidad o agotamiento u otros más graves como episodios de somnolencia, dolores de cabeza, conducta errática o fatiga, e incluso comportamientos agresivos.

No obstante, los trastornos del sueño no se deben únicamente a la variación de las temperaturas, un hecho que se ha manifestado con intensidad durante este verano. Es importante tener en cuenta otros aspectos como la alimentación o los hábitos de descanso, que también influyen en los ciclos de sueño.

“Es esencial que los mayores lleven prendas ligeras, consuman bebidas frías y eviten las comidas copiosas para poder conciliar el sueño con mayor facilidad y evitar problemas derivados, ya que estas de medidas favorecen la regulación de la temperatura corporal”, comenta el doctor David Curto, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.

Además, es recomendable que los mayores mantengan los hábitos y rutinas habituales, entre los que se encuentra la práctica de ejercicio regular durante 15 o 20 minutos al día, siempre en las horas de menor calor.

Junto con estos consejos, el especialista destaca que también es importante controlar la temperatura de la habitación en la que los duerman los mayores, en especial si esta incorpora aire acondicionado, ya que los cambios repentinos de temperatura favorecen la aparición de sueño fragmentado, que interrumpe el  descanso.

Alimentación adecuada e hidratación constante, fundamentales para luchar contra la ola de calor

Para paliar los efectos de las altas temperaturas de estos días es recomendable también que los mayores adecuen su alimentación. “Durante todo el verano, y especialmente los días de calor más intenso, se deben hacer modificaciones para llevar una dieta equilibrada y saludable, con alimentos ligeros, refrescantes y fáciles de digerir, que cubran las necesidades del organismo”, afirma el doctor David Curto, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.

Además, es necesario incrementar de forma considerable el consumo habitual de agua comprendido entre 1, 5 y 2 litros diarios, ya que a mayor edad  existe un mayor riesgo  de deshidratación. Las personas con una edad comprendida entre 85 y 99 años tienen una probabilidad 6 veces mayor de ser hospitalizados debido a la deshidratación en comparación con aquellas con una edad entre 65 y 69 años. Mantenerse hidratado de manera constante con agua u otros líquidos es también una medida preventiva contra los golpes de calor que, en los peores casos, pueden ocasionar el fallecimiento. Desde 2004, más de 120 personas  han fallecido por esta causa en verano, según datos del Plan Nacional de Acciones Preventivas contra los Efectos del Exceso de Temperaturas.

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