La cita tenía dos objetivos: revisar las cajas-nido para pájaros insectívoros que los ecologistas colocaron en 2011 en este paraje natural municipal y, especialmente, confirmar o descartar la presencia del coleóptero tomicus destruens en este rincón de la Sierra Calderona. Por desgracia, se constató la presencia de este minúsculo pero letal escarabajo, que pone en riesgo la supervivencia de los pinos blancos (pinus halepensis) en el paraje natural municipal.
Tal y como explicó el agente medioambiental de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente que AE-Agró invitó a participar en la actividad, actualmente, numerosas pinadas están sufriendo el ataque de esta plaga forestal. A consecuencia del estrés hídrico que padecen los árboles después de meses de sequía, su estado es muy débil y son incapaces de resistir el envite del tomicus destruens.
La defensa natural del pino ante este minúsculo coleóptero, que perfora la corteza de su tronco para alimentarse de su savia hasta que mata al árbol, es la resina. Con esta sustancia el pino consigue taponar los agujeros que el tomicus realiza en su corteza y, además, atrapar a los coleópteros. Sin embargo, debido a la falta de precipitaciones, los pinos están tan débiles que no pueden generar suficiente resina para defenderse de los miles de escarabajos que les atacan.
AE-Agró, que en el mes de septiembre alertó al Ayuntamiento de Puçol, propietario del paraje, de la presencia del tomicus en La Costera, ha pedido al Consistorio que solicite ya ayuda a la Conselleria de Medio Ambiente para poner en marcha urgentemente un plan para controlar esta plaga forestal. “Desde AE-Agró, como entidad que custodia La Costera, esperamos que el ayuntamiento no pierda el tiempo, porque cuanto más tarde actuemos, más pinos morirán en esta montaña que es el pulmón verde de Puçol”, explican fuentes de la entidad medioambiental.
