Son tan sólo sombras

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Vale que estos chicos han ganado un Mundial y dos Eurocopas. Vale que es la mejor Selección Española de fútbol de la historia. Vale que a esta generación de futbolistas hay que estarles agradecidos. Pero de ahí a justificar una pésima actuación en el Mundial, media un abismo. No hay excusas, España ha hecho el ridículo. Y lo hizo contra Holanda con una humillante derrota, y lo volvió a hacer ayer ante una Chile que se comió a los hombres de Vicente Del Bosque por los pies.

La campeona defendía su cetro mundial conseguido aún no hace cuatro años en Johannesburgo y a las primeras de cambio, sin completar ni tan siquiera la fase de grupos, ya está fuera. Lo de anoche fue ridículo. Desde el primer momento la selección chilena salió por el partido. España, desubicada y timorata, no podía con el ímpetu y presión de los chilenos.

El centro del campo español no existió pese a los cambios realizados por Del Bosque. Detrás, en defensa, un drama; y en punta el equipo ni la olía. El gol de los chilenos era cuestión de tiempo. Extra motivados, los jugadores sudamericanos disputaban cada balón como si fuera el último. Tenían hambre. Intensidad y presión para desarmar a España.

Autocomplacencia

La Roja, sin embargo, parecía buscar la inspiración del fútbol que otrora hizo grande a España. Ayer fue un equipo vulgar y previsible. Demasiada  bisoñez, demasiadas facilidades. Y es que, tirando de tópicos, en el fútbol no se vive del pasado y visto lo visto los hombres que se llevó Del Bosque a Brasil no son los mejores. Fueron los mejores, no cabe duda, en este Mundial, sin embargo, son tan sólo sombras.

Pues eso, que al primer zarpazo de Chile tras un error garrafal de Xabi Alonso y un cúmulo de despropósitos de la defensa española, Vargas puso el primero en el marcador. Y ahí se acabó el partido. Chile desatada y España mirándose el ombligo. Se acabó lo que se daba en Maracaná.  Adiós al Mundial de Brasil.

Seguramente ni hasta el más optimista de los aficionados españoles pensaba que en la segunda parte se podría remontar ese cero a uno que mediado el segundo tiempo se convirtió en cero a dos. Y no por calidad, por mimbres o la retahíla de elogios que acumula cada jugador seleccionado por Don Vicente. Sino por sensaciones, actitud, y probablemente físico y estado de forma.

El fútbol no entiende de autocomplacencia, de paños calientes o de títulos pretéritos. El fútbol es efímero y  presente. El efecto de los triunfos se diluye cuando empieza un nuevo partido. A Brasil fueron unos grandes jugadores. Pero a al Mundial de fútbol no han ido los mejores. Es el momento para que funcione la autocrítica, se tomen decisiones y se asuman responsabilidades.

Y sí, está claro que  con el paso de los años se recordará la España de los títulos, de “tiki-taka” o del fútbol total… Pero ahora mismo el Mundial sigue en marcha y España ya está fuera. Y que a nadie se le olvide que también, al igual que con los triunfos la historia,   recogerá el ridículo de la Selección en Brasil. Aunque solo sea fútbol, aunque solo sea defender, con dignidad, una estrella.

Francisco Estellés | @siskoestelles | Periodista | www.semprevalencia.com

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