Quart de Poblet inaugura la Biblioteca Municipal en un acto multitudinario

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El Ayuntamiento de Quart de Poblet inauguró el viernes 26 de abril el nuevo edificio de la Biblioteca Municipal Enric Valor, instalado en las antiguas oficinas de Refracta, que podrá visitarse durante el fin de semana, antes de que el lunes 29 se reanude el servicio.

Para celebrar la puesta en marcha del servicio, se ha celebrado un pasacalle cívico desde la Casa de Cultura, edificio en el que se encontraba la Biblioteca, hasta el nuevo edificio. Al acto asistieron alrededor de un centenar de vecinos del municipio.

Así se ha escenificado el traslado de los libros de la anterior instalación a la nueva, entregándose la Carta Puebla de Quart de Poblet, el documento más representativo, a la alcaldesa de Quart, Carmen Martínez.

La asociación L’Esglai Teatre de Quart, quienes han acompañado disfrazados de personajes de cuento a los niños que portaban los libros, y la charanga integrada por músicos de las bandas del municipio se han encargado de poner el ambiente festivo al pasacalle.

Además de contar con la concejala de Cultura, Cristina Mora, y una nutrida representación de la corporación municipal, numerosos vecinos han participado en el traslado de libros y en el acto de inauguración.

Carmen Martínez ha sido la encargada de hablar de las nuevas instalaciones, que albergarán los 50.000 documentos de la Biblioteca.

La nueva sede está totalmente adaptada para personas con movilidad reducida, cuenta con ordenadores y quioscos informatizados adaptados y dispone de una sala polivalente equipada con lazos de inducción para que las personas con discapacidad auditiva puedan seguir las actividades que allí se realicen sin dificultad.

Precisamente en este espacio, se abrirá la sala de estudio nocturno a partir del 13 de mayo.

Este proyecto, realizado por el arquitecto Salvador Vila, ha supuesto una inversión de dos millones y medio de euros, que han sido financiados con el Plan de Inversión Productiva de la Generalitat.

En su intervención, Martínez no ha dudado en afirmar que “una biblioteca no es un gasto, es una inversión en educación, en formación, en el futuro de nuestras familias. En época de crisis no hay que escatimar en cultura, sino todo lo contrario. Como haría cualquier familia: el poco dinero que tenemos lo tenemos que destinar a la formación de nuestros hijos para su futuro”.

En este sentido, ha añadido que desde el Ayuntamiento se va a seguir invirtiendo en ayudar a sus vecinos y ha citado el plan de empleo local o las ayudas a la vivienda, la alimentación o los estudios.

Antes de comenzar con las visitas en grupo guiadas por los concejales, la primera edil ha finalizado la inauguración citando a Borges, “de los diversos inventos del hombre; el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. (…) El libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación”.

Estas visitas podrán realizarse el sábado 27, y el domingo 28, de 10 a 14 horas y de 16.30 a 20:30 horas, ya que el lunes la Biblioteca ya estará abierta para su normal funcionamiento.

Si bien, algunos servicios se irán añadiendo paulatinamente, como el préstamo a domicilio, un buzón 24 horas para devolver libros o el préstamo de portátiles.

Uno de los aspectos más destacados en la construcción del nuevo edificio es la preservación del patrimonio local, ya que parte de la Biblioteca se integra en el edificio que albergó las oficinas de la antigua factoría de Refractarios Españoles, S.A., muestra singular de la arquitectura industrial del siglo pasado de las que quedan pocas ya.

Así, el pavimento de mosaico de Nolla del edificio de Refracta se mantiene intacto, tras un laborioso proceso de retirada tesela a tesela, tratamiento y limpieza en un taller y colocación de nuevo, respetando al máximo los dibujos originales gracias a que se fotografió y número pieza a pieza antes del desmontaje. También se ha restaurado la barandilla de madera de la escalera principal.

De igual manera, en el exterior, en un pequeño jardín, quedan la báscula que se utilizaba para pesar los camiones y, junto a ella, el pequeño edificio en el que los trabajadores de Refracta dejaban sus chapas identificativas al acabar la jornada.

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