Comenzaron las obras en mayo y se han finalizado a lo largo del verano, dedicando personal de la brigada municipal de obras y servicios cuando el día a día dejaba huecos. En septiembre, la rotonda frente al colegio Alfinach ya es una realidad y un homenaje a una parte de la historia de Puçol, las Destilerías Pla. 
Primero fue el parking de la Prefectura de Policía Local, luego las obras de acondicionamiento de la playa y, posteriormente, la rotonda de acceso a las urbanizaciones por la avenida Alfinach. Las tres actuaciones tienen dos puntos en común: intentan mejorar la imagen de las calles y accesos del municipio pueblo y lo hacen sin un coste económico añadido ya que se utilizan materiales ya existentes y el trabajo de la brigada municipal.
“Como ya dijimos antes del verano, estamos en crisis y no hay fondos para tareas menos urgentes, pero eso no implica que no podamos utilizar la imaginación”, recuerda el concejal responsable de la brigada, Ángel Sánchez, quien añade que “con la reutilización de materiales de desecho, debidamente adaptados, y con el trabajo planificado de la brigada, estamos desarrollando un plan de mejora de las rotondas del término municipal. Vamos a poner guapo nuestro pueblo, Puçol, sin coste económico añadido”.
Además, el criterio utilizado intenta recuperar elementos del patrimonio y de la historia de Puzol. En el caso de la rotonda de Alfinach, la cuba utilizada pertenecía a Destilerías Pla, una empresa emblemática de la población, mientras que la ubicación elegida para esa enorme cuba ha sido precisamente esa rotonda porque hasta los años 60, aproximadamente, esa zona estaba cubierta íntegramente por viñedos y era una de las zonas de suministro para la destilería.
Por ello, el concejal se muestra sorprendido y algo molesto con algunas críticas recibidas tanto por el motivo elegido como por la ubicación: “no se pueden lanzar alegremente críticas e ignorar nuestra historia. Debemos agradecer la cesión de la cuba a Destilerías Pla y nuestro pequeño homenaje ha sido diseñado y ejecutado por personal municipal plenamente cualificado y con una inversión en materiales mínima. Podrá gustar más o menos, pero no se puede despreciar tan alegremente el trabajo de los demás”, finaliza el edil.
